El abogado que mantuvo en vilo a las autoridades del país durante casi una semana -lapso en el que estuvo primero en condición de desaparecido y luego con pedido de captura internacional- ya fue trasladado a Buenos Aires, donde deberá comparecer ante la Justicia Federal por la mega causa denominada la ruta del dinero K. Se trata de Jorge Chueco, de 64 años, letrado vinculado al empresario kirchnerista Lázaro Báez y que tal como se publicó ayer, fue detenido en la vecina ciudad de Encarnación, Paraguay. Si bien en suelo misionero la investigación relacionada a su búsqueda pareciera estar cerrada, tras cumplimentarse un trámite sencillo como fue el cotejo de huellas dactilares y placas dentales para corroborar su identidad, fuentes oficiales confirmaron que dista mucho aún para que el expediente sea cerrado en la tierra colorada.Es que para los pesquisas, hay “cuestiones que no cierran”, por ejemplo, hay dudas con respecto a algunas de sus pertenencias y movimientos financieros que tuvo tanto en Posadas como en Puerto Iguazú.Fuentes cercanas a la investigación revelaron a este Diario un dato que no deja de ser llamativo es que el teléfono celular de Chueco -incautado dentro de su automóvil- no se correspondía del todo con el que figuraba en la base de datos de las autoridades que llevaban adelante la búsqueda. Cabe recordar que dicho artefacto fue secuestrado en el interior del Peugeot 408 del letrado el mismo día en que su expareja denunció su desaparición, es decir el pasado jueves 14 de abril. El rodado fue ubicado en el playón del hipermercado posadeño, donde había sido dejado estacionado por el mismo Chueco el domingo anterior, momentos antes de que abordara un micro para seguir viaje a Puerto Iguazú. Dicho vehículo fue trasladado desde la capital provincial hacia la ciudad de las Cataratas por un contador amigo de la familia, quien lo llevó hasta el patio de la Unidad Regional V, donde fue requisado. Allí los uniformados incautaron el teléfono del abogado, varias documentaciones y prendas de vestir. Ahora los pesquisas determinaron que ese teléfono celular no era el que utilizaba en forma frecuente Checo, por lo que se mantiene la duda con respecto al paradero del chip o aparato que siempre llevaba encima, que prácticamente desapareció. Para la Justicia Federal este elemento puede ser de interés, por ello y con buen tino el juez de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, Orlando Rubén Lunge, a cargo de la investigación del caso en Misiones, ordenó una serie de medidas tendientes a rastrear la ruta del chip original del letrado. Esto podrá ayudar además a otro punto que intenta desentrañar el mismo magistrado, cuales fueron los movimientos que hizo Chueco y si coinciden con lo que declaró ante la Policía paraguaya. Las sospechas son muchas y será un camino complejo para los investigadores poder reconstruir los pasos del abogado Jorge Chueco mientras estuvo en la clandestinidad. Lo que el juez instructor de Misiones pretende es no descartar absolutamente nada y poder dar crédito a los dichos del letrado que estuvo prófugo casi una semana. Para ello el magistrado dispuso una serie de medidas como análisis de cámaras de seguridad de distintos puntos de Puerto Iguazú para poder corroborar que lo que el ahora detenido dijo es cierto. Por ejemplo, afirmó que entró ilegalmente a Paraguay. “Nadie me pidió nada, yo tenía mi documentación. Cuando pasé a Ciudad del Este en una moto, nadie me pidió nada, por lo tanto yo no entré en forma clandestina. Yo entré como entran millones de ciudadanos a Paraguay y Brasil”, dijo cuando lo capturaron. “A Paraguay ingresé con lo que tenía, con el documento no, porque me lo habían robado. No me registré con DNI porque pasé como pasan todos”, completó. También dijo que fue “asaltado en suelo brasilero y que por eso terminó lesionado”. Desde la Justicia local no descartan que haya contado con apoyo local para deshacerse de evidencia. “Falta ubicar su teléfono celular, el que utilizaba frecuentemente, además del destino de cierta suma de dinero que al parecer trajo cuando vino de Buenos Aires, sin contar los 43 mil dólares que dejó a su familia en la caja de seguridad del hotel Saint George de Puerto Iguazú, donde estuvo alojado”, reveló una fuente.





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