La prueba química de Luminol -que detecta manchas de sangre humana- arrojó positivo en el automóvil del prefecturiano detenido por el crimen del cobrador Nicolás D’Amico (35). En tanto que el mismo resultado dio dicho examen en la oficina donde un detenido habría dicho que atacaron a barretazos a la víctima, lo que sigue complicando la situación procesal de los dos presuntos autores materiales del homicidio, el empresario cárnico y uno de sus empleados, como así también la del integrante de la fuerza federal, quien para los investigadores cumplió un rol o una participación necesaria en el macabro hecho. Tal como publicó en exclusiva PRIMERA EDICIÓN, el pasado jueves a la noche y durante cuatro horas declaró uno de los detenidos considerado claves en la causa, porque habría develado -según sus dichos durante la indagatoria ante la jueza que sigue la causa- cómo fue la mecánica y la secuencia del homicidio. El engaño y los barretazosEl individuo, empleado a cargo del sector embutidos de la carnicería ubicada en Oberá, cuya propiedad era de uno de los principales sospechosos de ser autor del hecho, habría relatado que tras el crimen -perpetrado el 30 de octubre del año pasado- su propio patrón le contó detalles del hecho. Le dijo, según habría declarado, que bajo engaños llevaron a una oficina al cobrador oriundo de Lobos (provincia de Buenos Aires) y una vez allí con otro empleado (también tras las rejas) le asestaron al menos dos barretazos, dejándolo moribundo. La mentira para convencerlo de entrar al citado predio de la carnicería y luego emboscarlo habría sido que le iban a completar parte de la abultada deuda que mantenían con él. Acto seguido, siempre de acuerdo al choricero, el empresario cárnico y el empleado de “confianza” llevaron a la víctima a su propio automóvil, un VW Bora, lo colocaron dentro del baúl y lo trasladaron hasta el paraje el Chatón de Leandro N. Alem. Al parecer y según el declarante, al volante del Bora y trasladando el cuerpo de D’ Amico habría ido el propietario de la carniceria. Detrás, lo siguieron el empleado de “confianza” y el prefecturiano. Una vez que llegaron al citado paraje, habrían ejecutado a tiros o a cuchillazos al infortunado cobrador (aún no se determina con qué tipo de elemento, aunque vestigios de plomo encontrados entre los restos hacen pensar que pudo ser un arma de fuego), cuyo cadáver quedó en posición defensiva, incluso con uno de sus pies afuera del baúl. Seguidamente, prendieron fuego el automóvil de la víctima con el cuerpo en el mencionado sector del coche, para borrar todo tipo de evidencias. El retorno y la sangreLuego de perpetrar el crimen, los tres mencionados por el choricero habrían regresado a bordo del automóvil del prefecturiano, y en esas circunstancias manchas de sangre que tenían tanto el empresario como su empleado de “confianza” habrían quedado impregnadas en el vehículo. Lo que creen los investigadores, es que los restos de sangre pertenecían a D’Amico, lo que sumado al hallazgo de la misma sustancia en la oficina de la carnicería darían crédito a los dichos del choricero y complicarían aún más la situación procesal de los detenidos. Vale recordar que todos los involucrados citados, tanto el empresario cárnico y sus dos empleados (el de confianza y el encargado de embutidos), como así también el prefecturiano forman parte del grupo de ocho sospechosos detenidos. Los otro cuatro detenidosPara tener un panorama más completo con respecto a la entramada causa, se debe agregar que además hay otros cuatro apresados. Se trata de la esposa del dueño de la carnicería, el hermano de éste, un policía que prestaba servicios en la División Montada de la Unidad Penal II de Oberá y que habría facilitado un arma de fuego y de un joven allegado a los sospechosos. Desde la Justicia creen que detrás del homicidio hubo planificación, premeditación, y por ello todos estos individuos continúan bajo la lupa hasta que se resuelva si es que tuvieron algún grado de participación en el hecho. Los que declararon hasta ahoraHasta el momento declararon en la causa el encargado del sector embutidos, quien fue considerado clave para ir echando luz al caso y la pareja del empresario cárnico, quien se remitió a hablar de la deuda que mantenía su esposo con la víctima -superior a los 250 mil pesos-. Justamente se cree que la principal hipótesis del móvil del crimen era la deuda que mantenía el dueño de la carniceria con D’Amico. El único que se abstuvo de ser indagado ante la jueza de Instrucción 5 de Leandro N. Alem, Selva Raquel Zuetta, fue el hermano del empresario. En los primeros días de la semana se concretarían el resto de las indagatorias a los sospechosos. Vale recordar que las detenciones se produjeron entre el pasado jueves y ayer, y que para llegar a los involucrados, entre otros indicios, fue fundamental el rastro del GPS del auto de la víctima.





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