Trabajo en el campo de la resolución de conflictos con personas de diferentes orígenes, de diferentes niveles sociales, de diferentes puntos de vista y diferentes problemáticas. Trabajo en los asentamientos precarios, tanto como con dirigentes políticos, empresas y ONG.Hay factores y conversaciones que se repiten en todos los ámbitos. Ante los conflictos echamos la culpa al otro y casi todos concluyen atribuyendo las cuestiones a asuntos intrincados tales como la corrupción de quienes dirigen, la indiferencia de los que "tienen" o la codicia y el egoísmo reinantes en la sociedad.En una época en que los conflictos sociales suelen escalar hasta el odio y la violencia descontrolada, me animo y los animo a imaginar estrategias de paz, a creer que llegará el día en que los conflictos se resolverán mediante el diálogo en lugar de la guerra.No digo que no miremos lo que anda mal, sin duda que es necesario reconocerlo, pero no nos quedemos atrapados en lo que no nos gusta. En cambio miremos hacia adelante, enfoquémonos en "cómo quisiéramos que fuese" para que esa idea nos guíe hacia donde queremos ir. Cualquier revolución debe comenzar en nuestras mentes, adoptando principios rectores diferentes de aquellos que pretendemos erradicar.En primer lugar, trabajemos en cambiar el esquema mental habitual con que enfrentamos los conflictos: "nosotros vs. ellos". Gestionémoslos desde el paradigma de la "interdependencia". Todos somos parte y socios en el conflicto social. Martin Luther King dijo alguna vez: "Estamos ineludiblemente atrapados en una red de mutua dependencia, atados a la vestidura del destino. Lo que afecta de manera directa a uno de nosotros, afecta de manera indirecta a todos."La buena noticia es que, al ser parte del problema, tenemos a mano también algunas soluciones. Las herramientas para hacer el bien, están en cada uno de nosotros, que la inercia del sistema no nos lo impida.Pensemos una visión a largo plazo y comencemos a actuar ya, plasmándola en acciones. Cada uno tiene un rol que desempeñar.Iniciemos el recorrido asumiendo la responsabilidad de manejar mejor nuestra mente y nuestras emociones. Comprendiendo y trabajando las que nos paralizan y cultivando las que nos permiten ser pro activos. El todo es más que la suma de las partes. Nuestro esfuerzo conjunto es la oportunidad para diseñar el futuro que queremos. Sembremos hoy, no nos quedemos en la queja. Colabora: Valeria [email protected]





Discussion about this post