De inviernos a veranos, de cosechas fructíferas a grandes sequías. De a ratos las idas y vueltas con el cuerpo, dejan el autocuidado bajo la lupa. Es la esencia que no se pierde, como el instinto de supervivencia que aparece para continuar en pie. A veces vamos río abajo o exhaustos contra la corriente, después aparecemos en una bahía serena con el sol brillando en nuestros rostros, eso es salir a flote. Se percibe como parte de un viaje en una misma correntada. En consecuencia elegimos salir, andar, dando pasos hacia adelante, moviéndonos, un reconocimiento íntegro, dilucidando entre lo que funciona y lo que no, para descartar. Entregarnos al cuidado tangible de nosotros mismos si no, ¿cómo esperar para darnos constantemente a los demás? Buscamos la actividad para complementar, esa que responde a una edad, al paso del tiempo, el estado actual y a un proceso personal respetable en cada uno.Una frase de Isaac Newton afirmaba lo siguiente: “Si pude ver más allá, fue apoyado en los hombros de los gigantes”… Si nos detenemos a deshilvanar esas palabras, con aires de ver una chispa de cambio, podremos consultar entre las más variadas opciones que son destinadas a atender nuestro físico y mantener la salud. No dudes, una vez por semana es bueno entregarnos para el bienestar. Colabora: Cesar Aguirre AyraultTerapias corporales. Masajista californiano.En Facebook: Equilibrándonos Masajes.3764 791631





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