Pablo Duarte, cacique de la aldea mbya de Fracrán, denunció que por causa de la presentación judicial que hizo el año pasado por las falencias de las casas que les construyeron con fondos nacionales, el intendente Waldomiro Dos Santos no lo atiende más. Recién hace dos semanas que le solucionaron la provisión de agua potable, luego de dos años, pero sólo funcionó unos días porque ahora hace ocho días que tienen problema en la bomba y las mangueras. El defensor del pueblo, Alfredo Halberstad, se acercó hasta la aldea Fracrán para corroborar la denuncia que hicieron la concejal Clelia Carballo y el diputado Cacho Bárbaro por las falencias en la construcción de las casas entregadas a los aborígenes y en la ocasión se reunió con el cacique Pablo Duarte.El cacique de la aldea explicó que “estaba prevista la construcción de ochenta y cuatro casas y se hicieron ochenta y dos. Las dos que faltan no se saben adónde fueron a parar. Además, las que sí se construyeron, no estaban bien terminadas, faltan cosas como ventanas, las puertas no cierran bien, la instalación de agua estamos probando y en estos dos años tuve que salir a pelear para que se termine bien”.Duarte asumió como cacique de la aldea Fracrán el 11 de noviembre de 2014. A partir de ahí comenzó a averiguar sobre la construcción de las viviendas que se estaban llevando a cabo y se encontró con que la población del lugar no tenía mucho conocimiento del proyecto. Aclaró Duarte que solo denuncia para defender los derechos de las familias de los aldeanos. “Ahora dicen que yo solo estoy reclamando contra este gobierno de San Vicente. Quiero saber si estoy haciendo bien porque estoy luchando por mis derechos o estoy equivocado. Estoy luchando por mi gente y lo voy a seguir haciendo porque las casas no están terminadas. Y lo que falta creo que no vamos recuperarla mas”.En la aldea Fracrán viven ciento diez familias, según el censo del año pasado, y este año están haciendo un reconteo y creen que sumará diez nuevas familias. En total son quinientas personas, la mitad de las cuales son niños. La escuela de la aldea tiene doscientos alumnos inscriptos, además hay cincuenta chicos que no llegan a la edad escolar. Asegura el cacique que prácticamente están todos documentados y a menos de diez les falta el DNI. “De las ciento veinte familias, hay pocas que no tienen su casa” indicó. Los caminos internos de la aldea están destruidos y dijo que les está resultando difícil conseguir que la municipalidad los arregle. “Le ofrecimos la tosca que necesite, pero no vinieron. Hay lugares que en los días de lluvias no podemos pasar ni caminando”.





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