Señora Directora: No sé de qué manera están atados los gobernantes misioneros con el grupo monopólico del transporte urbano de pasajeros que sigue sumando poder con cada vez más concesiones y eludiendo (o distorsionando) normas nacionales, provinciales o municipales sin que nadie haga algo para hacerlas cumplir. Tal, por ejemplo, el largo proceso de más de veinte años para que aceptaran el uso del boleto electrónico, aunque sólo con un sistema hecho a su medida y que elude los controles del Sistema Único de Boleto Electrónico (Sube) Nacional.Ahora, ante la indiferencia gubernamental, parece querer quedarse con el monopolio de ese sistema misionero imponiéndolo para toda la Provincia y, a través de él, de una tajada del Boleto Estudiantil Gratuito (BEG), cuyo control se haría a través de Servicios Urbanos S. A., según se asegura una empresa creada por el mismísimo grupo empresario para autocontrolar el uso del denominado Sube Misionero. Y así, con complicidad oficial –inocultable, en muchos funcionarios-, eludir los controles que podrían servir, por ejemplo, para fijar una tarifa más justa y equitativa en el transporte público del sistema integrado metropolitano o como controlador fiscal para el pago de impuestos.Es muy llamativa esa preponderancia y ese poder cuasi “omnímodo”, ya que, desde hace al menos más de dos décadas, vino sumando privilegios sin importar el gobernante de turno, ni los propósitos de éste y apoderándose paulatinamente de otras empresas competidoras de las que algunos aún recordarán sus nombres. Al punto que fue un importante operador político en la constitución del Sistema Integrado de Transporte Metropolitano (STIM) que lo benefició ampliamente, excluyendo de esta red a la única prestadora del servicio que logró sobrevivir hasta ahora.En mi opinión, esa complicidad con la política misionera es la que le permite seguir eludiendo lo que ya hubiese correspondido adoptar si se cumpliese con las normativas nacionales, privando también por ello al área metropolitana misionera de los beneficios que gozan en otras zonas del país quienes se valen del Sube Nacional para viajar en diferente medios de transporte y hacer otras compras o pagar ciertos servicios.Pero, claro, varios políticos están atados a ese holding y son obedientes y sumisos a éste como cuando, por ejemplo, la traición de un convencional constituyente comunal posadeño que, en 2010 y dando quórum, permitió la incorporación a la Carta Orgánica Municipal (COM) un privilegio especial para el SITM quitándole a la jurisdicción del Concejo Deliberante en materia tarifaria y otras cuestiones sensibles para la empresa operadora.Ahora, según denuncia ese Diario, el “monopolio” pretende controlar el BEG en la provincia quedándose con el 10% de las ganancias que corresponden a las empresas del interior que están obligadas a cumplir con ese beneficio. ¡Sin riesgo alguno, ganancia asegurada!




Discussion about this post