El Paso Rosales, en San Pedro, se transformó en un paso de tránsito vecinal para hacer compras en Brasil. Pero la falta de una Aduana y Policía Militar en el centro fronterizo del lado brasileño no permite que los argentinos que cruzan por allí puedan hacer viajes más alejado, como a las playas de Santa Catarina y Rio Grande do Sul. Las situaciones macroeconómicas de Argentina y Brasil permiten que permanentemente haya cambios en las relaciones comerciales en las fronteras. Actualmente somos los argentinos los que buscamos ir al vecino país a comprar comestibles o alguna otra mercadería o servicios. Hace un año atrás eran los ciudadanos brasileños los que venían a nuestras ciudades fronterizas a aprovisionarse.El Paso Rosales que está a 30 kilómetros de la ciudad de San Pedro es una alternativa muy utilizada para esa relación bilateral. Cientos de automóviles de esa ciudad norteña y San Vicente cruzan a diario por ese puente para aprovechar la diferencia comercial que los favorecen. También una nutrida cantidad de brasileños lo utilizan.Paso Rosales es un puente que está sobre el arroyo Pepirí Guazú y tiene unos 100 metros de longitud. Está sobre la ruta Provincial 27 a 30 kilómetros al norte de San Pedro. Fue construido entre los últimos años de la década de los 80 y los primeros de los 90. Al principio no se lo consideró como un paso autorizado para el paso fronterizo. Recién en el año 1994 fue habilitado por el gobierno argentino, pero todavía no lo está por su par brasileño.Del lado argentino hay una reducida guardia de Migraciones y Gendarmería Nacional que hacen del control de personas y el tráfico de mercadería. Mientras que del lado brasileño está el edificio, pero vacío y sin el control necesario para hacer migraciones y aduaneras por parte de la Policía Militar.Este paso sirve a los argentinos únicamente para hacer unos pocos kilómetros hacia el interior del país. Por lo general para hacer compras en Sao Miguel do Oeste, a 30 kilómetros de la frontera, por la carretera Br282. En ambos lados tienen pavimentos en muy buenas condiciones. También hacen actividades recreativas o turísticas en emprendimientos locales. Los argentinos no pueden utilizar este centro fronterizo para ir a las playas brasileñas porque no pueden hacer su entrada migratoria en Brasil. Por esa razón deben hacer casi 300 kilómetros más.La ciudad de Sao Miguel do Oeste pertenece al Estado de Santa Catarina, está ubicado a 30 kilómetros del puente internacional. Es una ciudad con unos 40 mil habitantes, pero con una producción agropecuaria muy importante como lo caracteriza a ese estado sureño del Brasil. También hay muchos emprendimientos relacionados con el agroturismo y balnearios que son muy usados por los argentinos.Este paso es utilizado por el brasileño de la zona sureña de su país para acortar camino para ir por ejemplo a la zona de Iguazú. Utilizando este puente les acorta casi medio millar de kilómetros. O bien para adentrarse a la Argentina. Mientras los argentinos tenemos inconvenientes con la migración, ellos lo tienen y pueden hacer todos los trámites de entrada o salida al país por ese lugar.Sao Miguel do Oeste ofrece una actividad comercial muy completa para los visitantes que pueden hacer un tour de cuatro horas y encontrar para cubrir todas las necesidades en mercaderías y servicios.





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