Sin el movimiento esperado, la Salada Gran Oberá reabrió sus puertas en Guaraní. Luego del intento fallido por instalarse en Oberá la feria debió retornar a su lugar de origen. El tiempo sin funcionar trajo perjuicios a la empresa que promueve la conocida modalidad de ventas, Salada Misiones, y también a los puesteros que debieron pasar un mes sin trabajar.Los rubros de venta que predominan son de ropas, calzados y accesorios. Raúl De Lima, encargado del lugar por la firma, indicó que el espacio posee 60 puestos de venta. “A partir de ahora vamos a abrir un día más de lo habitual. La feria atenderá todos los miércoles, viernes y sábados. Como siempre en horario de corrido de 7 a 20 horas”.Para De Lima la idea de trasladarse a Oberá tuvo un elemento especial, mayor amplitud edilicia y en consecuencia más puestos de ventas y comodidad para que los clientes pudieran hacer sus compras. “Se trataba de un espacio mayor. Pero la inhabilitación produjo un importante perjuicio a la empresa, ya que no sólo se trató de absorber el costo del traslado y acondicionamiento del lugar en Oberá, sino también de un mes sin poder cobrar alquiler. También a los clientes que compran habitualmente y que debieron viajar a Candelaria o Posadas para hacer sus compras”, señaló.Los propietarios de los puestos son de Oberá, algunos de Guaraní y otros de Posadas. Uno de ellos admitió “no tenía quejas y estaba conforme con el trabajo acá (Guaraní). Pero suponíamos que habría más movimiento. Lamentablemente para nosotros que trabajamos en el día a día perdimos mucho”. Para los vendedores el sábado de reapertura no tuvo alcances esperados. “Es un sábado atípico. La gente parece tener miedo, no sé. No hubo tanta gente como esperábamos. Encima que venimos de estar tres semanas sin trabajar. Esperamos recuperar los clientes”, sostuvo.La mayor demanda pasa por ropas para niños. Aunque los precios accesibles permiten vestir a toda la familia a bajo costo. Silvana, puestera de Guaraní, opinó “lo que nos pasó en Oberá y la falta de información probablemente afectó el movimiento. El trato que tuvimos allá fue pésimo, tanto del intendente como de su comitiva, creo que todos tenemos derecho al trabajo y nos trataron de delincuentes. Nos perjudicó mucho el cierre. Esperemos que la gente sepa entendernos y que se acerque, tenemos cosas muy lindas y baratas”.




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