Si bien ella se encuentra desde septiembre del año pasado en Ecuador y él hace poco se instaló en Brasil, ambos ratifican a la distancia ese gran amor de hermanos, que además los une por estar relacionados a una misma pasión: el atletismo.Yenni Guadalupe y Luis Carlos Ortiz caminan de la mano, desde chiquitos por su Eldorado natal, donde mamá Norma hizo todo lo que estaba a su alcance para posibilitarles un buen futuro y más que nada seguir ligados al deporte, en la adolescencia por las calles del gran Buenos Aires y la pista del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) y hasta en la actualidad pese a ir por diferentes caminos.En un charla exclusiva con DE PRIMERA, los hermanos se unieron, pese a estar a cientos de kilómetros uno del otro, y hablaron de esa preparación especial que encaran en países vecinos para afrontar un calendario 2016 más que cargado, donde ambos cuentan con grandes desafíos.Desde Porto Alegre, instalado en el Club Sogipa, “Luisão”, que por su apodo dice, entre risas, “acá estoy en mi salsa”, cuenta que “hace una semana que estamos acá con mi entrenador, José ‘Toto’ Barizza, y un grupo de atletas argentinos realizando una dura pretemporada con competidores locales, entre los que hay representantes de Brasil que estarán en los próximos Juegos Olímpicos. Llevamos menos de una semana de trabajo en doble turno, se torna muy duro, pero sé que será muy importante para estar óptimo de cara a los compromisos que tengo este año”.Por su lado, desde la ciudad de Ambato, en la provincia ecuatoriana de Tungurahua y a 2.700 metros de altura sobre el nivel del mar, toma protagonismo Yenni, marchista de selección que comenta de entrada que “vine a Ecuador con un plan de trabajo, pero una lesión me mantuvo casi dos meses sin entrenar y todo cambió. Por suerte gracias a Dios ya estoy bien y entrenando muy duro”, comentó, tras lo cual agregó que “este año va a ser muy movido, así que tengo que estar a punto”.Los 10 ó 20 kilómetros de marcha se consiguen apreciar por un lado, mientras que del otro aparece la variedad de los 1.500 metros llanos, los 3.000 con obstáculos y hasta los 5.000, que buscan ratificar a los eldoradenses como grandes protagonistas.“Quiero bajar mi registro y llegar bien preparada a los Gran Prix que se vienen en marzo” dice Yenni, mientras que Luis agrega que “apuntamos a potenciar los 3.000 con obstáculos para las futuras competencias, aunque sin descuidar las otras distancias, incluyendo los 5.000 metros, que es el próximo gran desafío”.Si bien ambos esperan ansiosos el momento para reencontrarse, ya saben que coincidirán en un certamen, que es “el Nacional de Mayores que se realizará en el mes de abril en Buenos Aires y ahí vamos a estar los dos representando a Misiones” dicen orgullosos a la par los hermanos Ortiz.Con un calendario más ajustado que el otro, Yenni detalla que “en marzo tengo participación activa en los Gran Prix, comenzando en Zucúa, donde voy a correr 20 kilómetros. Luego se vendrá el Sudamericano, donde posiblemente tenga la compañía de Ariana Maidana -también marchista eldoradense que reside en el Cenard- y voy a competir con la selección argentina”. Y hay aún más planes: “En abril me vuelvo a la Argentina para estar en el Nacional de Mayores y en el Selectivo para los Iberoamericanos de Brasil, además de estar ya confirmada para el Sudamericano de Universidades que se realizará por primera vez en Buenos Aires”.Luis, por su lado, contó que tiene “un mes de preparación en Brasil y las competencias comenzarán con los Gran Prix Sudamericanos a fines de marzo, luego llegará el Nacional y sumaremos más adelante los Metropolitanos”. El fondista aprovechó la ocasión para darle una primicia a este diario:?“Fui becado en el Cenard y a partir de ahora viviré ahí, es un gran apoyo para mí, la verdad que estoy muy contento por eso”.Para el final, los dos se guardaron palabras de aliento para el otro. “Yenni va a andar muy bien este año, le tengo una fe enorme”, dijo Luis desde Brasil. Y la respuesta desde Ecuador no se hizo esperar: “Luisão está feliz con este presente y va a ser otro gran año para él”. Mientras aguardan por ese abrazo interminable y el reencuentro con la familia completa, ya sea en Buenos Aires o Eldorado, ambos no paran de alentarse el uno al otro y siguen de la mano caminando juntos. Los une la sangre.?Por ella corre esa pasión llamada atletismo.





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