Señora Directora: Hace ya bastante tiempo que organismos condenan el uso de productos, especialmente en el agro, que afectan la frágil naturaleza del planeta que hemos heredado: nuestra Tierra. Son diversos los comentarios de lo negativo en sus resultados, la proliferación de diversos venenos y otros productos que se utilizan especialmente en el agro, para mejorar los rindes y supuestas calidades de lo plantado.Con respecto a los matayuyos recuerdo que antes se empleaba la carpida, macheteada y también el arado con lo cual existía armonía con la naturaleza. Hoy asusta ver grandes plantaciones de diversos cultivos: todos alimenticios, con efectos de los clásicos matayuyos. Respecto a los yuyos, se ha inventado la motoguadaña que corta al ras de la tierra la maleza sin envenenar el suelo.Si los alimentos que produce la tierra contienen esos venenos vamos muy mal, a peor. Se habla, por entendidos que existen enfermedades mortales debido a alimentos contaminados por agrotóxicos.Deberíamos, por este asunto, consultar a los países más viejos y a los que catalogamos como del Primer Mundo y copiar las determinaciones que tomaron por ello.Por ser insistente en este tema es que pido a los organismos competentes que comprendan mi preocupación y que debe ser inquietante, para muchos. También que el agua popular (de canilla) sea realmente potable, libre de todo lo que pueda afectar la salud de aquel que no tiene fondos para comprar la clásica y más segura: “la envasada”.He leído, hace tiempo, que un país lejano rechazó una carga de productos argentinos porque contenían agrotóxicos.Que esta opinión no se tome como una molestia, sino como una colaboración para las medidas que en algún momento se tomarán.





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