La Unión Europea levantó una restricción para importar carne de la Argentina que había sido impuesta en 2003 cuando se detectó un foco de fiebre aftosa y eso abre una importante oportunidad para las provincias del Norte del país, entre ellas Misiones y Corrientes, según analizó el productor correntino Héctor “Chacho” Azcué.La medida comenzará a regir en el primer semestre de este año y apunta a la carne que provenga de hacienda de la zona norte del país, en la frontera con Paraguay y Bolivia. Así lo anunció el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, que la semana pasada se reunió en Berlín con el comisario europeo Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, durante la feria de alimentación que se realizó en la ciudad alemana.En declaraciones a PRIMERA EDICIÓN, Azcué señaló que “todo lo que sea apertura de las exportaciones va a beneficiar al sector ganadero, sobre todo en el norte que se está desarrollando e incrementando la producción. Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Salta integran una zona marginal que se fue desarrollando con el corrimiento de la frontera agrícola y que ahora puede aprovechar esta oportunidad”.Aclaró que “esto no es una respuesta inmediata pero la gente se puede largar a producir proyectos a futuro para exportación de novillo pesado, que lleva un plazo de por lo menos dos años para exportar”.“El proceso ganadero es lento, no como la soja que plantas y a los seis meses estás cosechando. El desastre en la ganadería que hizo el gobierno anterior llevará por lo menos cinco años para recuperar stock. Lo principal es la posibilidad de exportar y tener buenos valores internos para evitar que los productores vendan las hembras. Si tienen buenos valores se retiene el vientre”, explicó Azcué.En la actualidad se faenan novillos de unos 300 kilos -que en otros países son considerados muy chicos- porque no había una política dirigida a fomentar la exportación de carne. Sin embargo, ahora que se abren los mercados y la posibilidad de obtener mejores precios, los productores con capacidad podrían apuntar a lograr novillos “pesados” de unos 500 kilos, que es el standard requerido para la exportación.La restricción había sido impuesta en 2003 cuando en la Argentina se detectó un foco de fiebre aftosa en la localidad salteña de Tartagal. A partir de ese momento, se estableció un corredor de 25 kilómetros, que luego se redujo a 15, que abarcaba las provincias de Salta, Formosa, Chacho, Corrientes y Misiones desde el cual no se podía enviar hacienda con destino a exportación. “Hay un cambio de actitud de Europa hacia la Argentina”, dijo Buryaile en relación con la autorización a exportar carne con origen en la frontera.La Argentina tiene el status de país libre de aftosa con vacunación, con excepción de la región patagónica, que está libre sin vacunación, establecido por la Organización Internacional de la Salud Animal (OIE, en sus siglas en inglés). La fiebre aftosa es una enfermedad que daña al ganado vacuno, pero no a los seres humanos, y es motivo de restricciones comerciales de parte de países en los que no se detectó como Estados Unidos, la Unión Europea, México o Japón, entre otros.“Si las políticas ganaderas son claras y permanentes en el tiempo, el productor se larga a producir pensando en la exportación y pensando en dos años o más”, añadió Azcué.Respecto a los precios, que tuvieron una disparada en diciembre, señaló que “fue una suba estacional, se va acomodando con el tiempo y de acuerdo al consumo porque si el precio sube mucho la gente deja de comprar y entonces retrocede un poco. Tarde o temprano el consumo lo va acomodando”, finalizó.





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