¿Ser un genio redime el que uno sea una mala persona? Esa parece ser la interrogante detrás de "Steve Jobs", película que se estrena este viernes en las salas de Sunstar Cinemas de Posadas.Se trata de una biografía poco convencional del fallecido presidente de Apple, el gran responsable de nuestra actual dependencia de iPhones, iPads y demás aparatos cotidianos de alta tecnología.Jobs fue llamado un visionario, alguien que definió una época; esto a pesar de no ser un ingeniero ni experto en computación, sino solo alguien que era muy bueno promocionando productos y descubriendo los gustos y necesidades de su público. Como suele suceder con figuras famosas, es fácil olvidarse que son personas normales, con sus falencias y virtudes. Roman Polanski es uno de los directores más celebrados de la historia del cine, pero hasta hoy pesan sobre él acusaciones de pedofilia; Russell Crowe es uno de los actores más talentosos de su generación, pero también es conocido por su violenta agresividad y mal genio. Jobs es parte de este grupo.El director Danny Boyle y el guionista Aaron Sorkin ven más allá de los logros y la revolución tecnológica para presentar a un Jobs humano, tal vez demasiado. Un tipo ególatra, perfeccionista hasta la médula, un mal padre que se rehúsa a reconocer a su propia hija, un tirano que hace demandas imposibles a sus propios empleados, alguien que no tuvo problemas en sacrificar a sus amistades – en especial el sufrido Steve Wozniak, con quien creó el primer modelo Apple – para llegar a donde llegó.Sin embargo, Sorkin y Boyle no niegan que, detrás de esta masa de conflictos, estaba alguien que tuvo un gran impacto en la sociedad contemporánea. El que su contribución haya sido positiva o negativa aún está en debate – después de todo, el uso de los smartphones se ha vuelto una adicción casi incurable para más de uno – pero lo que queda claro es que Jobs estaba adelantado a su tiempo, con una forma de pensar y hacer las cosas que pocos comprendían.Más que una biografía celebrando los logros de una gran figura, Steve Jobs se asemeja más a un análisis psicológico de una persona incomprendida, un genio con un lado oscuro. A pesar de todos sus logros, Jobs era un tipo que se sabía diferente al resto y, como todos, solo buscaba aceptación. Michael Fassbender, sin parecerse en nada al verdadero Jobs, logra comunicar estos extremos; desde el tirano antipático hasta el padre vulnerable.En los últimos años se han hecho tantas películas sobre Steve Jobs, entre ficción y documentales, que resulta debatible si una más es necesaria. Lo de la dupla Sorkin-Boyle es mostrar que detrás de cada gran figura,hay un ser humano y no necesariamente tiene que ser perfecto. Esta era la realidad de Steve Jobs, una persona cuestionable, pero cuyo impacto no pasa desapercibido.





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