Laura vio por primera vez una motocicleta en Oberá en 1958, tenía quince años. Ese momento quedó guardado en la memoria de una adolescente que supo, desde ese instante, que recorrería el país en dos ruedas.Y si bien a Laura ya la presentamos en PRIMERA EDICIÓN, no podíamos dejar de contar su historia en SextoSentido. “La primera vez que vi una moto dije ‘Dios es un sueño’. Y desde ese momento soñaba con viajar”, recordó con dulzura la mujer que hoy tiene 72 años y 50 de ellos al mando de una moto que la llevó por las rutas de nuestra Argentina, parte de Paraguay y Brasil. Pero Laura no viaja sola. En los años ‘70 por motivos laborales viajó a Buenos Aires y allí conoció a Horacio Bellón, quien desde ese instante la acompaña en la ruta de la vida. “Un día le pregunté ‘¿querés ir a Misiones en moto?’ y me dijo ‘sí’. Fue como tocar el cielo. Nuestro primer viaje y nunca más paramos”. Una vez en Misiones, Laura y su esposo Horacio se instalaron en Oberá donde viven desde 1978. Y si bien Laura es modista y Horacio es jubilado, coinciden que su historia transcurre en las rutas. Justo allí, donde vivieron “miles de inclemencias. Porque eso es vivir. Salir, recorrer, ver el mundo, reír y agradecer a Dios por la vida”. Eso lo hacen juntos desde hace 43 años. Una pareja que además se emociona al escuchar un tango, y lo bailan sorprendiendo a su alrededor.Laura contó que hace un par de años formó parte del grupo de teatro la Murga del Monte, “ahora los médicos me lo prohibieron, me dijeron que nada más que coser a máquina”. Entonces se dedicó a sembrar toda clases de verduras “porque me encantan”.Hace unos meses pidieron un crédito “para poner linda la casa pero un día le pregunto a Horacio: ‘qué te parece si compramos el equipo para la moto y salimos, a vivir lo que nos queda de vida. Si estamos encerrados acá nos hacemos más viejos’. ‘Dale… vamos’. Y nos fuimos. Él tiene todo lo que yo quiero”.Creadora de los “Pilinchos ruteros”, un grupo de motociclistas que representa a Oberá en los encuentros motoqueros, hoy le pide a Dios tener a su familia reunida en la fiesta de Año Nuevo. Y principalmente “mejorar de salud para seguir viajando, más ahora que tenemos la moto grande porque las vivencias en la ruta te hacen vivir”.Por Susana Breska [email protected]





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