Desde esta forma de pensar, si tenemos ganadores, indefectiblemente tiene que haber perdedores y no sólo eso, sino que son muchos más los perdedores que los ganadores. Normalmente en el deporte por ejemplo está el 1ero, 2do y 3er lugar para los ganadores, y quedan muchos más los que vienen siendo los perdedores.Ahora bien, si nos fijamos en la diferencia de desempeño que tienen entre el 1ero, 2do, 3er, 4to y así sucesivamente, nos daremos cuenta que son desproporcionados los reconocimientos que damos o recibimos depende del puesto que se logre.El problema que se plantea desde esta lógica es que siempre va a haber más gente disconforme con los resultados obtenidos, aunque hayan tenido un buen desempeño.Inclusive podemos perder el sentido que tiene el deporte, el estudio o el trabajo dentro de nuestra vida, persiguiendo el ideal de ser el primero. Esto no implica que dejemos de esforzarnos en mejorar sino que no dependamos del resultado para poder estar contentos con nuestros logros.Cuando estamos centrados en los resultados solemos estar en el momento futuro, estamos tensos y ansiosos, pero si desarrollamos nuestra actividad sin estar dependiendo del resultado, podremos disfrutar más de los momentos que vamos pasando y de las personas que nos acompañan en este proceso, compartiendo más momentos felices.Colabora: Carlos E. SeewaldCoach Ontológico [email protected]





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