Señora Directora: El "cepo cambiario" surgió en la Argentina en noviembre de 2011 ante el incremento en la llamada fuga de capitales. Había que pedir autorización a la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) antes de comprar divisas extranjeras. Algunos economistas piensan que el cepo no ataca directamente al problema de la compra de dólares; sino que es la desconfianza en la economía y el retraso cambiario, generado por una inflación y la devaluación. La escasez de dólares provocó una fuga masiva de depósitos en esa moneda de los bancos e impactó muy fuertemente en las reservas del Banco Central, que debió compensar la salida de divisas vendiendo reservas. Los defensores de esta medida dicen: “En 2011, último año previo a la existencia del cepo, las exportaciones argentinas alcanzaron los 84.000 millones de dólares, y en 2015 éstas no llegarán a 60.000 millones. Si las exportaciones hubieran seguido creciendo después de 2011 a un ritmo de 5% anual, deberían situarse en este año en 102.000 millones de dólares. “Además la entrada de dólares para inversión también se ha derrumbado. Nadie desea pagar el impuesto que impone la brecha para ingresar divisas a un país que luego no permite repatriar los flujos generados por esa inversión. Dicen que la quita del cepo restaura la posibilidad de que ingresen capitales a invertir en el país, promueve la actividad exportadora y, por lo tanto, genera las condiciones para que con esas divisas también se pueda importar y crecer”. Además escriben que “la opción no será shock versus gradualismo, sino calidad e inteligencia versus improvisación”. Todavía se desconoce el precio del dólar (yo no sepo). "Nuestra obligación es poner a la Argentina de pie, volver a crecer, a generar empleo y principalmente el objetivo es bajar la pobreza, por lo cual no podíamos perder más tiempo", indicó Rogelio Frigerio respecto a la medida. Suena lindo pero: ¿le sirve a los trabajadores, a los jubilados, a las Pyme (pequeñas y medianas empresas), a la industria nacional? No, ¿Aumenta tu salario? No. ¿Entonces a quién le sirve? Vayamos al grano: a los que se benefician con las exportaciones, a las grandes corporaciones, que se guardaron el grano para este momento, ganan los que más tienen y pierden los que menos tienen. ¿Vas a sentarte a esperar el efecto derrame? El senador Federico Pinedo decía en la radio, vamos a apostar, porque creemos que el país va ir para adelante; pero jugar al azar en economía es un poco irresponsable, porque no se puede tirar a los dados el destino de millones de argentinos que recién están aprendiendo a caminar y hay más improvisación en esto que cuando el Estado regulaba la economía a través del cepo. Cayó el poder adquisitivo de tu salario, así de fácil algunos te quitan el dinero del bolsillo; después nos escandalizamos de los carteristas. Con la caída de la demanda interna y a mayor deuda externa, quizás aminore la inflación, pero dudo la pobreza. Claro que nos molesta que nos pongan un semáforo a donde se transitaba libremente, pero está pensado para que todos puedan circular, no solo los que tienen auto. Parece que nos gusta ser un país bananero.





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