Como si la voluntad hacia “UN” sentido nos quiera libres y no desde la limitación, iremos adecuando las capacidades de cada persona en una exploración. Nos embarcamos en el autoconocimiento para que el organismo saque su mejor potencial. Los pensamientos, emociones y sensaciones que conviven dentro nuestro son el lazo más estrecho con su propio cuerpo, podemos mejorar esa calidad del vínculo para comprender lo que es y existe en este momento, de ese modo se aclaran las variadas creencias que permiten crecer positivamente como hablar de transformar o querer cambios. Los ejemplos dicen: “No soy adecuado para moverme así”… o “Antes podía, pero ahora…”, aquella conexión intrínseca acaba errándose.Cambiar puede ser un acto violento porque supone suplantar una cosa por otra. En cambio transformar es moldear a gusto, es pulir transitando un proceso para la necesidad que surge. La naturaleza sirve desde siempre al ser humano para servir de guía en estos pasos: el viento transforma la tierra en algo más maleable, las olas del mar contra la roca verán nacer arena con el paso del tiempo, o el calor que funde da pie a las transformaciones también. La intención aplicada nos necesita atentos considerando lo suave, lo armonioso, de poco peso y menos impacto.





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