Un espacio que suele producir insatisfacción en nuestra vida es cuando nos enojamos, y de hecho en este momento nos hacemos “mala sangre” generamos reacciones en nuestro cuerpo que son perjudiciales para nuestra salud.Pero cómo hacemos si el enojo es una emoción que nos viene sin aviso, ponemos esfuerzo en estar bien pero hay personas o situaciones que nos sacan de nuestro estado normal.Entonces, en primer lugar tendremos que ver cuál es nuestro estado normal porque como dijo Gandhi “La persona que no está en paz consigo misma será una persona en guerra con el mundo entero”. Entonces primero tendremos que ver qué cosas podríamos hacer para poder estar mejor nosotros y así poder relacionarnos mejor con nuestro entorno. Un ejemplo es cuando hemos tenido un mal día de trabajo y volvemos a casa y a veces terminamos tratando mal a los que más amamos porque no pudimos descargar ese sentimiento de insatisfacción.A veces es una manera que aprendimos de responder y aún no hemos aprendido otra, en este caso está bueno mirar hacia atrás en nuestra vida, para ver de qué personas significativas en nuestra vida pudimos haber aprendido este hábito. Y si decidimos cambiarlo empezar a entrenar nuevas formas de responder a las situaciones que nos producen este sentimiento.Cuando comprendemos que pasa por nuestra cabeza cuando nos enojamos, inclusive también cuando algo nos causa gracia, estas emociones surgen de que sucede algo que nosotros no teníamos pensado que podía suceder, o sea que lo que nos produce enojo no es lo que la persona hace, sino la diferencia entre lo que hace y lo que yo estoy pensando que debería hacer. Cuando nos damos cuenta de esto podemos reflexionar que la posibilidad de enojarnos o no depende de nuestra flexibilidad mental frente a las posibilidades que pueden surgir en determinadas situaciones.Teniendo en cuenta esto vemos que el enojo tiene más que ver con nosotros, que con los otros, y a veces decimos “como no quieres que me enoje, con lo que hizo”, y en este caso no estamos disculpando cualquier acción del otro, sino que estoy comprendiendo que no podemos dejar que el otro con sus acciones incida en nuestro estado de salud y bienestar. El aprendizaje emocional trae aparejado más momentos felices para nosotros y nuestro entorno.Colabora: Carlos E. SeewaldCoach Ontológico [email protected]




Discussion about this post