Él se enteró del taller de Feng-Shui por una amiga y sintió la necesidad de hacerlo, pero el taller ya había empezado hacía tres semanas, su amiga le dijo que le consultaría a su maestra para ver si podría hacerlo igual, -le dijo que sí-, si ella se ocupaba de darle todo lo que ya habían aprendido, ya que él iniciaría justo el día en que harían el juego de los Kua y la entrada al Baguá: mapa energético.Él y ella dijeron que sí. Él fue muy valiente al iniciar el día en que todos exponían su Kua personal: elemento, donde recién se presentaban y contaban lo que sintieron con su descubrimiento.La maestra iniciaba el juego: entro al Baguá con un caderín rojo, con moneditas plateadas sonando al compás de sus caderas al caminar…Este mapa -dijo- es tu espacio cuántico, un mapa energético. Cuando entras a él suceden cosas… Ella les contó de su proceso, cómo se fue Encontrando-Sanando-Amando y Despertando. Cómo la tierra la sanaba cada vez que se sentía triste. Y así, mientras ella les contaba, él la miraba sin entender todavía que hacía allí… Emocionado con las palabras, siguieron entrando al mapa otras amigas y compañeras. Cada una lo emocionaba… algo le tocaba de cada una en su interior. Le tocó su turno, tomó coraje y se paró para entrar al mapa… todo lo movilizaba, el darse cuenta de que cada una -cuando entró- sintió algo profundo se conectaron y por otro lado, era el único varón y su primera clase con el grupo. Se sentía expuesto… se sentía vulnerable… entró y con toda naturalidad se encontró hablando de él y de su sentir. Contó sobre lo que tanto amaba: las plantas. La maestra lo miraba y veía a un niño siendo él mismo: “Es como cuando uno se pierde y vuelve a encontrar el camino que te resuena dentro”. Qué maravilla sintió en su corazón.A medida que el taller continuaba él se iba ablandando más, se iba soltando más, se iba sensibilizando más. Era bellísimo ver a un hombre conectarse con su parte femenina, todas nos sentíamos afortunadas de que ese hombre confiara en nosotras… y se abriera al proceso. Era muy sanador para todos vivir esa experiencia juntos.Él nos contaba de su hermosa familia y lo que empezaba a darse cuenta… en estos últimos años se había vuelto muy rígido y tenía muchos no, no, no… característica del exceso del elemento metal: cuando estoy cerrado, rígido… A los tres meses del taller nos cuenta que cambió a sus niños de una escuela privada a una pública, más simple y con menos exigencias… la maestra se sonreía al escucharlo porque en realidad estaba hablando de él mismo. A medida que se volvía a conectar con su sensibilidad, con su corazón, recordaba quién realmente era y eso se iba reflejando en su casa con sus niños y con su hermosa mujer.Él comenzó a darse cuenta de lo que verdaderamente vale la pena, que cuando era más joven lo tenía muy claro, pero en su rutina diaria, sus obligaciones, se fue perdiendo. Allí se sintió él mismo de nuevo. Todo volvió a florecer en él y con mucha más fuerza, ya que ahora no dejaría que el mundo de allí afuera lo vuelva a chupar. Se dio cuenta que esa es su verdadera responsabilidad, estar en su centro, siendo él mismo para ser el verdadero creador de su vida y determinar el curso de sus eventos.Hasta la próxima experiencia real/ Dios los bendice.Colabora:Sandra De MarchiAsesora De Feng Shui-Decoradora. En [email protected]




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