Señora Directora: En días previos de las elecciones que se realizaron este año en todo el país se dejaron rodar, generalmente desde la oposición al kirchnerismo, los temores y rumores de fraude electoral. Una sospecha que se agigantó cuando los comicios provinciales de Tucumán, donde la contundencia del triunfo electoral K poco hizo para desvirtuar una sospecha que creciente y a la que la Justicia tucumana sólo contribuyó a sospecharlo, con un primer fallo anulando las elecciones y que en segunda instancia no logró prosperar, dándose por válidos los resultados.Ahora esa voluntad de torcer la voluntad general, aparece desembozada y palmaria en las elección de un nuevo titular para la Asociación del Fútbol Argentino (Afa), donde un voto más hizo estallar el escándalo. Sumó otro broche al enorme desprestigio que está sufriendo la institución desde que se investiga a la Federación Internacional de Fútbol Asociado (Fifa) por una multimillonaria defraudación de compra de votos en la elección de sedes para los mundiales. Precisamente, para desvirtuar una votación muy similar a la de este jueves en Buenos Aires, donde hay enormes intereses económicos en jugo, muchos más que los deportivos.Un voto de más sirvió para hacer estallar la vergüenza. Me pregunto: ¿quiénes fiscalizaron la apertura de sobres no advirtieron que uno de ellos tenía dos boletas?





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