Rondarían 300 las designaciones y pases a planta permanente que se habrían hecho en las últimas semanas de asesores, colaboradores y familiares en el Concejo Deliberante local. Esos nombramientos representarían alrededor de la mitad del personal existente en la casa a fines del año pasado, cuando la propia titular del colegiado municipal Magdalena Solari, reconoció que eran 694 los empleados a los que había que pagar entonces un adicional de fin de año.Uno de los ediles de la oposición, que aseguró no haber participado del “reparto” y anticipó a PRIMERA EDICIÓN que haría próximamente la denuncia pública, admitió la maniobra de apuro por el fin de funciones y dijo tener conocimiento concreto de unos 269 nombramientos de amigos, familiares y colaboradores, pero que en total serían algo más si se cuentan allegados a algunos ediles. De manera tal que el plantel del Concejo, entre empleados de planta y contratados (con y sin relación de dependencia) alcanzaría al millar, según estiman algunos viejos empleados deliberativos.Crecimiento exponencialLas numerosas designaciones estarían formalizadas en varios decretos internos suscritos por la presidenta Magdalena Solari y, al igual que ocurrió a principios de este año, responderían al pago de favores y compromisos políticos, propios y ajenos, del oficialismo y de la oposición. Es expresión de un proceder que se repite cada cambio de presidencia y con mayor incidencia bienalmente cuando se modifica la integración del cuerpo, cuya planta se ha ido inflando exponencialmente desde años posteriores al retorno de la democracia en 1983 (en 1984 eran 45 empleados y a fines de 2010, 390). Aunque hubo ocasiones en que se justificó ese crecimiento de la plantilla municipal en razones especiales, como en 2011 cuando se autorizó la incorporación de 150 nuevos agentes para atender el frente abierto ese año por la elaboración del Digesto Jurídico Municipal. A lo que se sumó la necesidad posterior de conformar un Departamento que lo mantenga actualizado, a fin de facilitar su uso y la consolidación periódica de las normas que se sancionan en cada período deliberativo.Un poco abultado, quizás, porque el personal que se abocó a la elaboración de esa compilación en 2013 rondó las 70 personas (16 abogados y 26 pasantes, entre otros), encabezados por el entonces concejal y hoy secretario de Gobierno municipal, José Raúl Moglia. Sinceramiento obligadoEl sinceramiento de ese personal “extraordinario” se da anualmente cada vez que el cuerpo sanciona el presupuesto del ejercicio próximo, aun cuando en años recientes la Presidencia del Concejo goza de atribuciones especiales que le permiten readecuarlo y reasignar sus partidas. Este año, esas cifras deberían quedar expuestas cuando la semana próxima los concejales debatan el cálculo de gastos para 2016 y se vean forzados a incorporar las partidas que prevean el enorme volumen salarial que ellas significan.Esa podría haber sido la razón por la cual se demoró una semana la consideración en el recinto de ese presupuesto y de los correspondientes al Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Los tres dictámenes ya habrían sido acordados y suscritos en la reunión que la Comisión de Hacienda y Presupuesto mantuvo sobre ese tema el pasado lunes 16.Es lo que habría admitido el titular de ese grupo de trabajo deliberativo, el renovador Santiago Enríquez, cuando comentó que reservaría para la próxima semana otros tres dictámenes, al incorporar un cuarto por fuera del orden del día en la plenaria de este último jueves. Sería también la razón del porqué del ingreso de esos expedientes al debate a último momento y por fuera del temario formal -tal viene ocurriendo en los últimos años- sin una molestia copia en éste que facilite su acceso a la prensa.




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