Señora Directora: Casi todos los argentinos conocemos París. Aún los que nunca visitamos la capital de Francia. Forma parte de nuestra cultura, de nuestra formación, que arranca en la más tierna infancia con imágenes de la Torre Eiffel, Notre Dame, el Arco de Triunfo, las orillas del Sena o la bandera francesa, en los cuadernos y manuales. Al mismo tiempo que “omelettes”, “baguetes”, “croissants” y ”patés” se suman a tantos alimentos de nuestra mesa, variada como las corrientes inmigratorias, que aportaron lo suyo a la dieta nativa de los pueblos originarios. Ahí está la figura del francés Santiago de Liniers, en ese épico cuadro de la rendición del inglés Beresford, tras la Reconquista de Buenos Aires en 1806. Amadeo Jacques Bonpland, que luego de ser jefe de los Jardines de la Malmaison, en tiempos de Napoleón, terminó realizando experimentos agrícolas en Misiones y Corrientes. Martín de Moussy, contratado por el presidente Urquiza para levantar la primera “Descripción estadística y geográfica de la República Argentina” y que además se ocupó de editar un obra sobre el estado de las misiones jesuíticas en el seno del Plata. Una síntesis de Historia de Misiones única, en la que menciona a Andresito Artigas, casi por primera vez. Carlos Thays, prestigioso arquitecto realizador entre otras obras del Parque Lezama, Parque Pereira Iraola, Plaza Congreso, Plaza de Mayo y el Jardín Botánico, embelleciendo urbanísticamente la capital argentina. LeonieMatthis, artista francesa que nos legó una inmensa colección de cuadros históricos y paisajes argentinos, que incluyen varias pinturas sobre las misiones jesuíticas, que hoy se pueden visitar en la Estación Plaza Italia del tren subterráneo de Buenos Aires. Otro pintor, Fernando Fader, un mendocino nacido de Francia. En Posadas, el apellido Barthe forma parte de una etapa histórica única. Empresario de la navegación, de la producción, del comercio. Su nombre está ligado al Palace Hotel –años más tarde rebautizado “Savoy”-, epicentro de la vida social de principios del siglo XX. Los Blossett, hermanos constructores de la usina de Posadas, empresarios automovilísticos. Y tantos otros…Francia es parte de nuestra identidad cultural. Recorrer Buenos Aires, muchos dicen, es como recorrer París. Tanta es la semejanza edilicia con la capital francesa. Por eso los argentinos sentimos tan de cerca los trágicos atentados terroristas. Por eso nos vuelven las escenas de la embajada de Israel o la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina); también fuimos víctimas del terror sin sentido. Por eso lloramos cada una de esas muertes como nuestras, y por eso también la determinación para seguir apostando por la comprensión, la paz y el amor. Pero por supuesto, que se haga justicia y paguen los responsables.




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