"Tenemos que hallar la manera de satisfacer las necesidades básicas del planeta a partir de lo que produce la Tierra". Con esta premisa comienza el libro de Gunter Pauli, un economista belga que escribió "La economía azul" y se convirtió en un clásico para los ambientalistas que buscan alternativas ecológicas para subsistir en un mundo industrializado.A partir de la lectura de este material, un consultor en responsabilidad social empresaria en conjunto con un contador y dos estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional, comenzaron a preguntarse qué podían hacer desde sus lugares para colaborar con el cuidado ambiental. Así, se reunieron para planificar un nuevo producto innovador que esté en sintonía con la naturaleza y sirva para el uso cotidiano. "En segundo año de la carrera de ingeniería química decidimos que queríamos trabajar en un proyecto propio y, como a los cuatro nos inquietaba el tema del medio ambiente, se nos ocurrió crear detergente y pegamento a partir de aceites esenciales de cítricos", explica María Fania Turcutto, que junto con Carlos Buzzio, Nicolás Trombetti y Gustavo Leguizamón forman este equipo de emprendedores.El objetivo principal del proyecto, aseguran, es crear una empresa económicamente competitiva capaz de proveer a la sociedad de productos que no perturben el ecosistema, sino que surjan a partir del mismo. "Queremos demostrar que es posible materializar un proceso productivo eficiente que permita generar un producto competitivo en el mercado, sin producir un impacto ambiental y armonizando con el ecosistema", detalla Carlos.Alternativa sustentableLa mayoría de los detergentes que se utilizan hoy en día poseen tensioactivos y viscosantes derivados del petróleo, de los cuales algunos son precursores de sustancias tóxicas llamadas "fenoles". Sin embargo, esta innovación propone obtener estos compuestos a partir de procesos naturales que no afecten negativamente al ambiente.La materia prima que utilizan para la creación de sus productos es la cáscara de naranja, la cual constituye un residuo de la producción del jugo. "La naranja posee un aceite esencial con una sustancia química llamada d-limoneno, que es el principio activo y tiene una gran capacidad de disolver material graso", explica Nicolás.Para el pegamento, además intervienen factores sociales: utilizan polietireno expandido, o mejor conocido como Telgopor, que obtienen en separadores de basura o cooperativas de trabajo de la ciudad de Rosario que se encargan de separar y comercializar residuos reciclable. De esta manera, colaboran con reutilización de la basura y contribuyen a eliminarla de las calles.El proyecto, que aún está en etapa de desarrollo, contará con una primera etapa de extracción del aceite esencial de las cáscaras y el acondicionamiento y clasificación del resto de las materias primas; y una segunda etapa que involucrará reacciones químicas y procesos unitarios para obtener los principios activos necesarios para el producto."Finalmente, luego de una serie de procesos fisicoquímicos, le vamos a dar las características comerciales atractivas al producto final. La idea es crear una empresa abierta que no genere emisiones a la atmósfera y que, por sobre todas las cosas, no contamine el medio ambiente", concluyen.





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