BERNARDO DE IRIGOYEN. La crueldad no reconoce tiempos, edades ni circunstancias. Es el lado oscuro del corazón que la razón no entiende. Por eso hay circunstancias imposibles de explicar o de comprender. Como el asesinato de un niño de trece años que conmueve por estas horas a Bernardo de Irigoyen y seguramente, a toda la provincia.La Justicia aguarda las conclusiones de la autopsia aunque un primer informe, efectuado sobre un primer examen ocular al cuerpo de la víctima, permitió establecer la existencia de heridas de cuchillo en la espalda, el estómago y en el cuello.Esta última habría sido definitivamente letal. Uno de los investigadores asignados al caso consignó que “literalmente lo degolló”.La terrible trama ocurrió el martes en el barrio Cuatro Hermanas, jurisdicción de Bernardo de Irigoyen. La Policía tomó conocimiento del hecho hacia las 21 horas de ese día.La madre del menor se presentó en la comisaría de Bernardo de Irigoyen y denunció que su hijo había sido apuñalado; que aún se encontraba en una zona de monte de ese conglomerado habitacional.Una patrulla se dirigió de inmediato al lugar y se encontró con el cuerpo de Ramón. A unos cinco metros de distancia se encontraba el cuchillo con el que, momentos antes, había cortado “chirca”, un arbusto utilizado para armar escobas, en compañía de sus hermanos de 11 y 12 años.De acuerdo con los primeros datos de la pesquisa, los tres hermanos fueron a buscar esa planta al costado de la ruta.Terminada esa labor, habrían concurrido a refrescarse en un arroyito ubicado a pocos metros, prácticamente un hilo de agua.Allí habrían estado hasta que decidieron regresar a la casa. Los dos más pequeños lo hicieron por un sendero y el 13 años, por otro. Aparentemente, era un atajo que lo haría arribar a la vivienda antes que sus hermanos.Una travesura de criaturas; un juego que acabó, lamentablemente, de la peor manera.Ramón no regresaba a la casa y ya era de noche, razón por la que la mamá fue a buscarlo.En el camino se encontró con lo peor: su hijo yacía en medio del sendero completamente ensangrentado. Entonces corrió al límite de sus fuerzas hasta la comisaría de Bernardo de Irigoyen y denunció el caso. Eran ya las 21 del martes pasado.Esa misma noche la Policía demoró en averiguación del hecho a un muchacho de 22 años, quien padecería sordera de nacimiento. Los investigadores pudieron establecer, en base al testimonio recogido en la zona, que esa persona fue la única a la que vieron por la zona minutos antes del homicidio.No hay testigos directos de la agresión, razón por la que el juez de Instrucción 1 de Eldorado, Roberto Horacio Saldaña, dispuso la liberación monitoreada.Previamente, el magistrado dispuso el allanamiento del domicilio del muchacho que padece sordera de nacimiento.En la zona es conocido como “El mudo”. Hasta aquí, los investigadores cuentan con el relato de testigos que aseguran haber visto al sospechoso en inmediaciones del arroyo donde jugaban los tres hermanitos.Uno, incluso, habría indicado que el hombre cortaba cebollines con un cuchillo.Indicios que parecieran apuntar a él, pero no lo suficientemente sólidos para justificar su detención e imputación. AllanamientoLa Policía allanó ayer el domicilio del joven demorado el martes pasado, poco después de conocerse el homicidio de Ramón.La diligencia se llevó a cabo con la correspondiente autorización del juez de Instrucción 1 de Eldorado, Roberto Horacio Saldaña.Allí se secuestraron las ropas que el dueño de casa presuntamente vestía cuando lo vieron en inmediaciones del arroyo donde jugaban los hermanos.También se incautaron varios cuchillos.Estos elementos serán sometidos a distintas pericias en busca de rastros y huellas.La ropa, por ejemplo, estaba lavada.Los peritos de la Policía Científica extrajeron muestras de abajo de las uñas del sospechoso, no imputado, para determinar si posee vestigios biológicos.Anoche, al cierre de esta edición, el juez penal Roberto Horacio Saldaña dispuso la libertad del muchacho, aunque bajo vigilancia monitoreada.Se labran actuaciones con intervención de la comisaría de El Soberbio, en una causa caratulada como homicidio.





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