POSADAS. El fenómeno climático denominado “El Niño” genera procesos de lluvias intensas, vientos fuertes, granizos, tormentas, incluso tornados. “En los últimos meses ha tenido una evolución importante por lo que podríamos sufrir uno de Los Niños más fuertes de los últimos 50 años”, detalló a PRIMERA EDICIÓN, Fabio Cabello, director de la Oficina de Prevención Ante Desastres Naturales (Opad). De acuerdo al informe elaborado por el Centro de Predicciones Ambientales de Estados Unidos (NCEP), se mantiene la advertencia de un evento “Niño Fuerte” a partir de la primavera del hemisferio sur y que perdurará hasta otoño de 2016. Ante los pronósticos poco alentadores, desde hace días, el gobierno de Corrientes viene desplegando acciones y articulando medidas para atenuar los efectos de la corriente del Niño. Mientras que en la provincia vecina preveen diversas medidas de prevención, en Misiones se desconoce si se llevan adelante políticas de ésta índole o -al menos- se reúne un comité de crisis. “En Misiones no se esta trabajando de manera abierta y concreta en materia de prevención, no se trabaja en eso. Siempre se sale al socorro”, detalló Cabello, quien destacó en ese sentido la labor que realiza la Opad en Posadas. Agregó: “En el país en general se cumple el socorro y la asistencia. Si ocurre algo nos enteramos al otro día y salimos a socorrer, pero es tarde. El socorro es lo que debemos evitar con la prevención porque no sirve levantar los cuerpos de los arroyos, muertos en inundaciones, o muertos por un rayo o llorar por los productores que perdieron todo por la granizada o el temporal”. Corrientes: plan de contingenciaEl director de Defensa Civil de Corrientes, Eulogio Márquez, informó que “hay malas noticias”, ya que el nuevo pronóstico del Servicio meteorológico nacional, indica que “se adelantan los tiempos y las lluvias arrancarían a mediados de septiembre”. El Niño traerá intensas lluvias, tornados, y en consecuencia inundaciones por lluvia y creciente de los ríos. Agregó que se alertará a cada uno de los intendentes de Corrientes acerca de los posibles inconvenientes que deberán enfrentar y se pondrán a disposición de cada uno de ellos por si necesitan la intervención “urgente” del Estado.Por su parte, el jefe de Gabinete correntino, Eduardo Vischi, contó que una de las acciones encaradas por el Consejo de Emergencia por el Niño, será relevar con cada uno de los intendentes si es que cuentan con los materiales necesarios para asistir a los afectados y pedir la inmediata realización de una serie de tareas que le corresponde a los municipios.Y fue directo al señalar que “debemos plantear hipótesis del peor daño posible y prepararnos para lo peor” y en base a eso “trabajar en una serie de cosas prioritarias para estar preparados y minimizar el impacto”. Con respecto al plan de contingencia, señalaron que lo está elaborando el Consejo de Emergencia Climática para presentarlo al Gobierno nacional y poner al tanto el modo que el Estado correntino pretende enfrentar a el Niño.Falta de articulaciónCon respecto a Misiones, Fabio Cabello señaló a este Diario que los meses más críticos serán entre septiembre y diciembre. Y anunció que se espera una primavera y verano con procesos de lluvias y tormentas por encima de lo normal. De acuerdo al meteorólogo, “desde el estado provincial no conozco que se estén tomando medidas preventivas. Me parece que falta articular políticas de ese tipo en el país y en la provincia”. Finalmente, precisó que en Posadas “desde hace cuatro años hemos aceitado un sistema de prevención, socorro y asistencia”. Antecedente de San Pedro en 2009En septiembre de 2009, el paso del tornado tipo F4 fustigó a varios parajes rurales de San Pedro, configurando el accidente meteorológico más devastador de la historia de nuestra provincia, con un saldo de once víctimas fatales y cientos de heridos. Los daños materiales comprendieron casi cien viviendas arrasadas, dos escuelas y un centro de salud destruidos por completo, al igual que una iglesia, varios galpones de tabaco, pérdidas incalculables en cultivos y decenas de hectáreas de monte taladas por completo. Al impacto de la catástrofe prosiguieron las tareas de reconstrucción, asistencia y contención a los sobrevivientes por parte del Estado y la solidaridad que llegó desde todo el país. Fue un proceso plagado de denuncias e irregularidades (marcadas por los propios afectados), complejo, que terminó dejando en la mayoría de los pobladores un profundo agradecimiento y algunos sinsabores por promesas incumplidas. Muchas familias de los parajes damnificados – Tobuna, El Polvorín y Santa Rosa- ya no viven más allí: ni bien pudieron abandonaron todo y se fueron.Cuando la tragedia ocurrió, la Escuela 613 del paraje Tobuna se convirtió en centro de operaciones, alojamiento de evacuados y punto neurálgico de las actividades de rescate. A este establecimiento acudían cuatro de los niños que resultaron víctimas fatales. La inundación en enero En enero de éste año, fueron cinco las víctimas mortales a raíz del temporal de lluvia y tormentas.La zona más afectada fue el sur de la provincia, en especial la ciudad de Oberá, pero también hubo inconvenientes en Posadas, Eldorado, Piray, Montecarlo, Jardín América y San Ignacio. En la localidad de Bompland hubo más de 30 viviendas que perdieron sus techos.Además, se registraron más de 200 evacuados, crecida de arroyos y cortes de energía eléctrica.





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