POSADAS. El invierno atípico, con temperaturas por sobre las medias para la estación, elevaron el promedio habitual del consumo de agua, según refleja la cooperativa de agua que tiene a su cargo la distribución del servicio a buena parte del barrio San Lorenzo, ubicadoen el sur posadeño, que espera con ansiedad la conclusión de las obras complementarias que le permitan conectarse a la red de agua potable.Vecinos del barrio “santo” explicaron a este Medio que “el servicio de agua está funcionando en forma irregular porque día de por medio nos abastecen y nos tenemos que arreglar como podemos porque no alcanza para todas las casas. En consecuencia, tenemos que tomar las previsiones de llenar algunos bidones porque incluso la presión es baja y no alcanza a subir al tanque de las casas. No hay mala voluntad de la comisión, esto lo venimos padeciendo desde hace un par de años, pero en invierno no se sentía porque el consumo de agua bajaba por el frío, cosa que ahora no ocurrió”. Consultada por PRIMERA EDICIÓN, María González, la ex presidenta del barrio y actual encargada de la comisión directiva de la previsión de agua, confirmó los dichos de sus vecinos, y agregó además que “se están haciendo todos los esfuerzos para que el agua no le falte a nadie pero es inevitable bombear por sectores y día por medio porque se están efectuando trabajos de mejoras que no están terminados”.San Lorenzo es un barrio ubicado al sur posadeño y tiene como punto referencial las avenidas Cocomarola y Cabo de Hornos. González continuó detallando que “hay un sector en el cual están trabajando, con tareas indispensables en infraestructura y hasta tanto no se terminen afecta al bombeo que debemos hacer”. También aclaró que “lo que pretendemos es que se apure la finalización de esas obras complementarias que son necesarias, porque ya sobrepasamos el tiempo previsto de ejecución, que era de un año. Todos somos conscientes de los pasos que deben darse pero no podemos seguir condicionados a tener agua día por medio”.ProyeccionesEl presente muestra a familias enteras que miden con precisión cada litro de agua antes de utilizarla para las diferentes tareas como limpiar la casa, cocinar y bañarse, pero las proyecciones no son alentadoras si todo sigue igual. “Falta bastante por hacer pero con buena voluntad podrán finiquitar las tareas necesarias y resuelver todo antes del verano porque sino se acentuará el problema del agua en San Lorenzo”.“Hace bastante tiempo que somos noticia por el problema de agua cada verano. La comuna nos dio una mano importante en ese tema siempre, hay que reconocer que nunca nos dejaron abandonados. Es cierto que dependemos del agua comunitaria de Samsa que va a una conexión comunitaria para cargar la cisterna que tenemos, desde donde se reparte a medio barrio”, señaló González.Más adelante manifestó que la intención que tenían y que fue presentada a las autoridades de Samsa “es que el agua llegue también a los tanques de redistribución pero no fue aceptado. Así, actualmente, debemos activar las bombas eléctricas que terminan quemándose porque no dan abasto y debemos mandar a repararlas o bien comprar nuevas, como ya nos sucedió en reiteradas ocasiones. Nos queda esperar que se solucione todo antes del verano porque la demanda de agua sigue creciendo”, concluyó. Inseguridad, otro temaEl último fin de semana integrantes de la Policía Comunitaria y de la comisaría perteneciente a la jurisdicción del barrio San Lorenzo mantuvieron una reunión con los vecinos y referentes del lugar. Uno de los principales temas abordados fue la inseguridad que se registra y las diferentes alternativas para abordarla.“Somos un barrio que fue cambiando con el paso de los años, antes nos conocíamos casi todos y la mayoría trabajaba. Ahora es diferente, llegó mucha gente del interior que se fue instalando, varios desocupados que vienen a buscar un futuro mejor a Posadas, pero no es fácil…”, indicó O. Rodríguez, vecino de San Lorenzo. Siguió diciendo que “la policía nos prometió mayor presencia, en especial por las noches, porque hay jóvenes que se sientan a tomar en lugares como la calle y terminan molestando a quien regresa de trabajar. Se volvió inseguro”.





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