COLONIA ALBERDI. El polideportivo de este municipio, a poco más de 25 kilómetros de Oberá, fue el punto de reunión de cientos de vecinos que se dieron cita para disfrutar, durante el viernes y sábado pasados, de la XXIII Edición de la Fiesta Provincial de los Ranchos.Barro, costaneros, madera… todo sirvió para dar forma a pequeñas casitas que se ubicaron en el espacio municipal, que los alumnos ornamentaron con chalas, espigas de maíz, faroles, palas y braseros. Y allí se ubicaron para ofrecer al público, que mientras tanto disfrutaba de un gran espectáculo, también aportado por estudiantes de los diferentes cursos y que consistía en sketch, danzas folclóricas, números musicales y exquisiteces regionales.Juan González, intendente de Colonia Alberdi, comentó a PRIMERA EDICIÓN que “esto se inició como un fogón entre profesores y los alumnos del BOP 18, que tiene la modalidad de alternancia, con quince días dentro de la institución y quince afuera, después dijeron ‘por qué no hacemos un rancho’; y lo hicieron primero y segundo año, después un tiempo se paró, principalmente por el consumo de bebidas alcohólicas”.Y añadió que “desde hace algunos años pedimos la colaboración de los comercios de la zona, para que no se venda bebidas alcohólicas y hemos conseguido que sea una verdadera fiesta familiar, como la que se vive esta noche” (por el sábado). “Los chicos rescatan madera de los aserraderos de la zona, barro, paja, y logran un rancho con todas las características de uno antiguo, sin luz eléctrica y demás, para lo que cuentan con la ayuda de los padres, y se hacen su espacio para ofrecer sus platos. Antes era exclusivamente comida fría, pero ahora ya fueron sumando opciones, y sumaron hornos y comodidades para mejorar sus preparaciones”, mencionó el intendente, que además es médico y conoce los peligros a los que se enfrentan los adolescentes en estos tiempos.González, además recordó que cuando cumplía con las guardias en el hospital Samic, fue testigo de los estragos que el alcohol deja en los jóvenes con secuelas irreversibles, lo que lo motiva a cuidar a su juventud, muchos chicos compañeros de sus hijos mellizos, que cursan quinto año en el BOP 18.Y así fue que en dos noches, viernes y sábado, los estudiantes, entre empanadas, papas fritas, pizzas, arrollados y alfajores de maicena, además de deliciosos tragos preparados con frutas frescas, juntaron dinero para viajar y celebrar la culminación de sus estudios al ritmo de una fiesta que pudo disfrutar toda la familia.





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