POSADAS. Los tres jóvenes acusados de incendiar una vivienda en la que descansaba una adolescente, que murió a causa de las quemaduras, finalmente fueron condenados a nueve años por el aberrante episodio que conmocionó a la provincia en 2012.Se trata de Gerardo Schmit (22), Guillermo Valenzuela (23) y César (20). Los dos primeros cumplirán condena en una cárcel de la provincia, mientras que el tratamiento del último deberá ser resuelto por la Justicia Correccional, en virtud de que aún era menor cuando todo sucedió.Así lo pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN ayer mediante sus fuentes, quienes sostuvieron que el acuerdo fue celebrado entre los abogados defensores y la titular de la fiscalía del Tribunal Penal 1, la letrada Liliana Mabel Picazo. Si bien aún resta la homologación del alto cuerpo, los especialistas dan por sentado dicha confirmación.La causa fue elevada a juicio el 30 de septiembre del año pasado, después de que el magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, considerara agotada la investigación.Según consta en el expediente, al menos en primera instancia la Justicia no tiene dudas de que el trío arribó a la vivienda de avenida Pueyrredón y calle 67 cerca de las 4 de aquel día de junio de 2012.Mediante el testimonio de testigos se supo que los jóvenes habían jurado venganza a la propietaria del inmueble, madre de Pamela, en virtud de que los había denunciado en reiteradas oportunidades por consumir estupefacientes y generar desórdenes en la zona.Los testigos y las pericias indican que César, Schmit y Valenzuela irrumpieron en la escena “armados” con un bidón que contenía unos cuatro litros de combustible.Al parecer habrían notado que la vecina salió del inmueble -debido a una emergencia médica de otra de sus hijas- y decidieron llevar adelante la amenaza que tantas veces habían mencionado.La casa, humilde, de paredes de madera y techos de chapas, ardió en pocos segundos y se transformó en una trampa mortal para la pequeña, ya que su madre había cerrado la puerta con candado desde afuera para evitar, justamente, un ataque. Jamás imaginó que el desenlace sería otro.La escena es desgarradora e indescriptible. En medio del fuego que lo consumía todo, la abuela -que vivía al lado- escuchó los gritos y la desesperación de su nieta, que luchaba por escapar del infierno. Entonces la mujer se armó de coraje, tomó un hierro y logró abrir la puerta. Rescató a la niña, pero las llamas ya habían hecho estragos en su cuerpito: los médicos le diagnosticaron el 40% de la superficie lesionada con quemaduras tipo A y B, principalmente en el rostro, el cuello, piernas y brazos. El fuego también le generó compromiso en las vías respiratorias.Pamela murió una noche. Su corazón dejó de latir cerca de las 22 del viernes 22 de junio de 2012. Había soportado con esfuerzo ocho días en la terapia intensiva del Hospital de Pediatría de Posadas. Fue un golpe para su familia y, en general, para todos los que día a día seguían su evolución por los medios.Antes de irse, la pequeña escribió una carta conmovedora a su madre, que la mujer compartió en su momento con PRIMERA EDICIÓN: “Ma, quiero decirte que contás conmigo para lo que quieras, yo siempre voy a estar para vos”, se lee en la misiva.Pamela perseguía el sueño de la casa propia junto a su madre, quien después del hecho debió mudarse de San Marcos por miedo. Ahora, poco después de tres años, los sospechosos fueron condenados.





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