CATAMARCA (Medios Digitales). Al hombre se lo conoce como “el femicida de Catamarca”, estaba detenido por el crimen de su suegra, y días pasados, se lo condenó a cadena perpetua por otro homicidio, el de una psicóloga. En ambos casos el acusado prendió fuego los cuerpos de sus víctimas para borrar sus huellas. Un Tribunal catamarqueño resolvió unificar ambas condenas con prisión perpetua.Según un medio local, el imputado primero asesinó a puñaladas a una psicóloga en su departamento del centro de la ciudad, que luego prendió fuego para borrar todo tipo de rastros, en un hecho ocurrido en enero de 2013. La sentencia fue dictada de forma unánime por los integrantes de la Cámara Penal 3 de Catamarca y recayó en Damián “Bebe” Cano (32), condenado por el crimen de María Eugenia Rojas. El hombre ya había recibido una pena a prisión perpetua por otro asesinato, cometido dos meses después que el de la psicóloga, en la misma zona y en similares circunstancias. Ahora, ambas condenas fueron unificadas en este debate. El caso anterior fue el asesinato de su suegra, Susana Aguilar (51), descubierto el 31 de marzo de 2013 tras un incendio en el domicilio de ella, en un edificio ubicado en pleno centro catamarqueño. Cano llegó a este segundo debate por “homicidio doblemente agravado por femicidio y alevosía” en perjuicio de Rojas, asesinada en su departamento de avenida Virgen del Valle al 100.Ese día, el homicida prendió fuego el inmueble antes de huir. Luego, alrededor de las 22.30, el cuerpo de la víctima, que presentaba dos puntazos, fue descubierto por personal de Bomberos. Los investigadores detuvieron como sospechoso a un amigo de la mujer, Mauro Orce, quien fue excarcelado y finalmente sobreseído en diciembre último. Cano fue arrestado inicialmente por el crimen de su suegra Aguilar, cuya autoría confesó, y en diciembre de 2014 fue condenado a prisión perpetua. Mientras estuvo detenido, Cano también admitió ante la Justicia haber asesinado a la psicóloga, pero en un primer momento el Ministerio Público Fiscal no le creyó, ya que había acusado del mismo hecho a Orce. Ante esta situación, se le tomaron muestras de ADN a “Bebe” que fueron cotejadas con los rastros hallados en la escena del crimen, lo que arrojó positivo en una botella de gaseosa, colillas de cigarrillos y un preservativo abierto pero sin usar.





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