POSADAS. Baños mugrientos, rotos o clausurados; máquinas para calibrar e inflar neumáticos que no funcionan y tampoco los surtidores de agua caliente. La situación puede convertirse en algo muy estresante dependiendo de si se es turista, camionero o un simple automovilista que requiere de las prestaciones extra a la carga de combustible en alguna estación expendedora de combustibles en la provincia. En la mayoría de los surtidores, los carteles de “no funciona” o “baño clausurado” se han convertido en algo recurrente. “Nos pasa permanentemente. Vivimos con problemas a causa de estos equipamientos y servicios; principalmente porque no los cuidan sino que hasta nos parece que los quieren romper, como así también rompen los baños. Es algo que les pasa a las estaciones de servicios en general”. En términos críticos se expresó, consultado por PRIMERA EDICIÓN al respecto, el presidente de la Cámara de Expendedores de Misiones, Faruk Jalaf, para quien “estos problemas son sólo la punta del iceberg” de otro mucho mayor: “La imposibilidad de los estacioneros de recuperarse de la caída de las ventas de combustibles, que en el último mes denunciaba una merma del 30% y sigue en picada, porque ya no sólo afecta al gasoil sino también a las naftas, lo cual lleva a muchos empresarios a poder invertir cada vez menos en el mantenimiento de sus comercios”, graficó el dirigente. Se explayó Jalaf: “Lo que ha optado la mayoría, y es algo que se ve mucho, en especial si se sale de la provincia, es el uso de los servicios con costo adicional. También de los baños, de esa manera al menos se puede contar con un pequeño fondo para mantener lo que se rompe. De esta manera también se evita que ingresen quienes no son clientes y hacen mero uso para romper lo que tienen en frente. Estas personas lo único que buscan es romper y hacer daño”.Según opinó el dirigente la cuestión “responde, por un lado al espíritu dañino de muchas personas que destrozan las instalaciones por el simple hecho de romper y, por otro, no podemos dejar de lado el factor climático, ya las condiciones del ambiente son particulares en la tierra roja, las máquinas contienen aire comprimido y que justamente al descomprimirse para el uso, se daña dependiendo de la cantidad de agua que haya en el ambiente. Las reparaciones son costosas y sólo se hacen en Buenos Aires”, refirióLa actividad sigue en caídaDesde el año pasado los estacioneros declaran una fuerte caída en el sector. Para ellos “la actividad sigue en caída y no se pueden recuperar”. El año pasado hubo una merma significativa en las ventas del gasoil especialmente para el agro, la industria y el transporte de carga, “quienes vienen haciendo lo humanamente posible para sostenerse”, añadió el titular de la Cesane. Como agravante, este año, a pesar de la cantidad de ventas de automotores la nafta también cayó, porque para Jalaf “el costo de tenerlo en la calle se hace cada vez mayor y la gente prioriza el uso del dinero en la compra de comestibles, servicios a pagar y dejar el auto en la casa”.





Discussion about this post