POSADAS. A medida que pasan las horas se conocen nuevas aristas sobre el violento asesinato de Gerardo Ayala (29), que aún conmueve a esta ciudad. Ahora se supo que el joven intentó escapar de lo que habría sido un robo al estilo “piraña”, pero los homicidas frenaron su huida de un piedrazo que lo hizo perder el equilibrio y caer de la motocicleta en la que circulaba.Así surge del testimonio de testigos del hecho que ya declararon en sede policial, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN en las últimas horas, quienes brindaron un verdadero “relato del horror” sobre lo que ocurrió el último sábado en el barrio San Marcos de la capital provincial.Al decir de esas declaraciones, Gerardo Ayala (29) llegó cerca de las 19 a bordo de su moto Maverick de 110 centímetros cúbicos a un comercio de Juan José Pasó y Cabrera con intenciones de comprar combustible. No estaba solo: lo acompañaba un amigo que circulaba en otra motocicleta similar.Al decir de los testigos, habría sido en ese momento que los cinco sospechosos detenidos avanzaron sobre los jóvenes con el objetivo de asaltarlos al estilo “piraña”, esto es, rodearlos, golpearlos y no darles lugar a escapatoria para quedarse con sus cosas.De la reconstrucción realizada por los detectives que trabajaron en el caso surge que tanto Ayala como su amigo intentaron “zafar” de la brutal agresión a bordo de sus respectivos rodados. Su compañero aceleró y circuló unos cuantos metros. Se dio vuelta y pensó que su amigo lo seguía, pero estaba equivocado.Los testigos contaron que Ayala aceleró, pero entonces recibió una verdadera lluvia de piedras y palos. Uno de esos objetos le dio en el pecho, el joven perdió el equilibrio y cayó al empedrado. Lejos de mostrar cualquier piedad, los agresores habrían arrastrado al muchacho hasta el cordón cuneta y allí lo remataron. Fue en ese momento que recibió un profundo corte en el brazo derecho (ver “Un corte de 5 cm de profundidad”) que le provocó una grave lesión vascular.Con sus últimas fuerzas y mientras los atacantes pateaban su moto, Ayala logró huir del infierno y caminó algunos metros en busca de auxilio. Se desmayó en la vereda y vecinos de la zona lo asistieron y le hicieron un torniquete. Pero la herida era grave y a los pocos minutos el joven lamentablemente dejó de existir.Después, todo lo que ya se sabe: un joven detenido y cuatro adolescentes de 14, 15, 16 y 17 años tras las rejas, todos con pesados antecedentes delictivos y dos de ellos incluso con un cercano paso por la Alcaidía de Menores: habían sido liberados una semana antes por otro robo similar perpetrado en la zona.La causa está ahora en manos del magistrado Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Posadas, quien debe resolver sobre el grado de responsabilidad que le cabe a cada uno de los presuntos involucrados.El episodio volvió a poner en evidencia el grave conflicto de la delincuencia juvenil que se vive en los barrios de la capital provincial. Justamente por eso, el último lunes familiares y vecinos de San Marcos salieron a la calle para pedir justicia y un freno a la situación. “Manu” fue imputado por homicidio simple La investigación por el crimen de Ayala continuaba en las últimas horas en el Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, a cargo del juez Fernando Verón, quien recibió ayer a uno de los imputados por el homicidio.Se trata de “Manu” (25), el único mayor de edad detenido, quien ante las autoridades se abstuvo de declarar. Así las cosas, fue imputado por el delito de “homicidio simple”. En las próximas horas podría ampliar su declaración y romper el silencio.Mientras tanto, sobre los cuatro menores aprehendidos, todos continúan alojados en la Unidad Penal IV del Servicio Penitenciario Provincial y en las próximas horas podrían brindar su versión de los hechos. Un corte de 5 cm de profundidadMientras la Justicia aguarda los resultados de la autopsia realizada al cuerpo de Gerardo Ayala (29), en las últimas horas trascendieron detalles sobre la lesión que -todo indica- le costó la vida.De los informes médicos preliminares surge que el joven recibió un corte de unos tres centímetros de diámetro y nada más y nada menos que cinco de profundidad en el codo derecho. Creen los investigadores que esa lesión, que prácticamente le atravesó el miembro superior derecho, provocó lesiones vasculares de gravedad y el sangrado que culminó con el deceso de la víctima.Como este diario informó, el episodio tuvo lugar cerca de las 19 del último sábado en el límite de los barrios San Marcos y Los Lapachos. Los presuntos autores, ya arrestados, son oriundos del asentamiento denominado “Los Lapachitos”, que comenzó a formarse hace unos tres años en un terreno privado cuyo titular aparentemente falleció y no fue reclamado por sus herederos.





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