POSADAS. Preparar alimentos para el invierno es una práctica que llevan adelante hace décadas los productores ganaderos más importantes del país. En provincias como Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe no hay productores que no lo hagan pensando en las épocas invernales.Sin embargo, esta práctica no se encuentra arraigada en Misiones y son pocos los que toman las previsiones y mantienen la misma cantidad de litros durante todo el año.El ensilado es un proceso de conservación del forraje basado en una fermentación láctica del pasto o de otros vegetales como el caso de la caña de azúcar, que produce ácido láctico y permite retener las cualidades nutritivas del material original, pero precisa de inversiones y conocimientos para conseguir un producto de calidad.Existen varias maneras de almacenamiento y conservación de forrajes, como por ejemplo:La vía seca, cuyo resultado es el heno. La conservación es posible gracias a la desecación, bien únicamente bajo la acción del sol (secado natural) o complementándose con aire caliente producido por quemadores que llevan a un porcentaje de humedad de alrededor del 15% en el forraje, lo que asegura su estabilidad.La vía húmeda, llamada “ensilado”, que se aplica tanto a las gramíneas forrajeras como al maíz y, eventualmente, a subproductos alimenticios como la pulpa de remolacha, los bagazos de cerveza, o caña de azúcar. Los especialistas sostienen que es difícil tener éxito con algunos forrajes como la alfalfa, bajos en azúcares y con alto contenido en nitrógeno soluble, que produce malos olores.





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