POSADAS. Dolor, fe y reclamos de justicia. Esas fueron las sensaciones y el principal pedido de familiares, amigos y vecinos que realizaron ayer una misa en inmediaciones de donde fue asesinado Gerardo Ayala (29), el sábado por la noche, en medio de un violento robo al estilo “pirañas”.Alrededor de 30 personas con carteles y rosarios se congregaron ayer a las 17.30 en una improvisada ermita ubicada en la esquina de las avenidas Juan José Paso y José Cabrera, hacia el sur de esta ciudad.En el lugar se vivieron escenas de dolor e impotencia, pero también de fe y esperanza en que el crimen no quede impune y que los culpables paguen por lo que hicieron. “Aunque es un hecho que no se puede remediar, esperamos que esto no vuelva a ocurrir”, dijeron los vecinos. También estuvieron presentes los padres de la víctima. PRIMERA EDICIÓN intentó hablar con ellos, pero el profundo dolor imposibilitó cualquier diálogo. La familia está destruida. Literalmente.No obstante y pese a la angustia, uno de los tíos pudo articular algunas palabras que reflejan el pedido de la familia. “Nuestro reclamo es que se haga justicia, simplemente eso”, lanzó el hombre, apesadumbrado.También habló un amigo de la infancia de Gerardo, quien sintetizó las sensaciones de todo un barrio. “Era una excelente persona, nadie puede creer lo que sucedió”, dijo.Los vecinos de la zona también hablaron y manifestaron que varios de los presentes fueron víctimas de hechos de inseguridad, pero que en esta ocasión “queremos rezar y pedir a Dios que se haga justicia por la muerte de Gerardo”. Además, agregaron que se sienten a merced de bandas de delincuentes, que azotan en cualquier horario e interactúan con menores de edad para cometer delitos.“Nos sentimos abandonados por las autoridades, los asaltos ocurren a plena luz del día. Ni siquiera podemos estar tranquilos en la parada de colectivo esperando para ir a trabajar”, lanzaron casi al unísono.Sobre el hecho en sí, amigos de la víctima contaron que la noche del crimen “un amigo de Gerardo que estaba con él se dirigió desesperadamente al destacamento policial, ubicado a tres cuadras, y no encontró a nadie, no pudo encontrar ayuda”.Entre esas versiones también se escuchó una que habla de que las autoridades tardaron más de media hora en llegar a la escena. “Gerardo agonizó algunos minutos antes de morir”, argumentó otro vecino.En la zona denunciaron que se vive una seguidilla de robos desde hace varios meses. “Días pasados, cerca de las 21, fui abordada por varios sujetos que a punta de cuchillo me sustrajeron el celular. La mayoría tenemos hijos adolescentes y tenemos miedo cada vez que salen”, reclamó.A medida que caía la tarde, en medio de rezos y pedidos de justicia, personas de distintas partes del barrio se acercaron para expresar su dolor y acompañar a los familiares y amigos, pero también para formar parte del mismo reclamo por mayor seguridad. Un barrio shockeadoEl episodio que conmovió a la zona tuvo lugar el último sábado minutos después de las 19, cuando Gerardo Ayala (29) arribó hasta las avenidas Paso y Cabrera para comprar combustible en un precario comercio.Según se desprende de la hipótesis principal, Ayala fue entonces rodeado por los cinco sospechosos, quienes habrían intentado robarle la moto.La víctima recibió una feroz pedrada y un corte profundo en un brazo producto de un puntazo realizado con un arma blanca o una botella de vidrio quebrada.Con sus últimas fuerzas, corrió unos 40 metros. Cayó desvanecido e intentó ser auxiliado por los vecinos, pero lamentablemente falleció. Efectivos de la Octava, de la UR-X, de Infantería y de Homicidios detuvieron esa misma noche a los cinco presuntos autores.





Discussion about this post