POSADAS. Francisco Martínez Barone (25) y Lourdes Acuña Claudiani (26) son dos soñadores en busca de aventuras. Recorrerán las rutas de América a bordo de una combi, acondicionada y preparada por ellos mismos para tal fin. Salieron desde Buenos Aires y estiman llegar hasta Alaska (Estados Unidos, en el extremo norte del continente) estimativamente en un año, ya que “es un trayecto muy largo como para dar un tiempo exacto”, según reconoció Barone.De paso por Misiones, en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN contaron algunos detalles de esta travesía.Martínez Barone es licenciado en Administración de Empresas, oriundo de Trelew (Chubut), y Acuña Claudiani es contadora, nacida en Misiones. Se conocieron en Buenos Aires, donde ambos llegaron para estudiar y también fue el lugar que dio origen a este sueño de conocer las rutas de América. Julio fue una fecha decisiva para ellos, ya que renunciaron los dos a sus respectivos trabajos. Dejaron la seguridad que les permitía contar con una fuente de vida y un sueldo a fin de mes para ver qué hay más allá de eso. “Costó un montón, pero animarse tiene un sabor buenísimo”, apuntaron los dos viajeros al unísono. “La idea comenzó hace mucho tiempo, primero con un grupo de amigos y después quedamos los dos solos para continuar con esta maravillosa idea”, explicaron.Así -relataron- “durante varios meses preparamos la combi, desde las cortinas, la pintura, la bacha, cama, mesa… Además, instalamos una heladera, cocina y una baterías que permiten conectarse a 220 y allí poder utilizar la computadora, la cámara y tener luz”.La velocidad del vehículo es de 80 a 90 kilómetros por hora, “al ritmo del paisaje”, según definieron. Y como no tiene radiador, debe descansar cada 200 kilómetros. Para generar un ingreso económico, llevan para vender unas billeteras ecológicas, unos imanes, banderines y manualidades a crochet, todo ello a colaboración, sin un precio fijo.“Ésa es la idea inicial, pero a su vez el otro pensamiento es, en cada lugar turístico que paremos, poder trabajar en bares como mozos”, señaló Claudiani.“Y cada vez que podamos, también sería bueno si surge algo de nuestra profesión, ya que ahora, con la tecnología, se puede cubrir alguna demanda por Internet, sería la otra opción”, agregó.Francisco explicó que viajar a Alaska “es una forma de salir de la rutina y de la comodidad”. “Dejar a los amigos y a la familia es una de las cosas que más nos cuesta, pero dejar las cosas materiales no. La experiencia y lo que se vive en una aventura es lo que uno se lleva para toda la vida”, matizó.Según contaron, “al principio, cuando recién comentamos la idea, la familia nos miraba como algo raro, pero después, cuando vieron que las cosas estaban más encaminadas, ya fueron cambiando de actitud y ahora nos apoyan mucho”. “Las personas son muy solidarias y eso nos hace muy felices”Lourdes rescató la ayuda desinteresada de la gente. “Un montón de personas nos acercó cosas: yerba, azúcar, lenteja, nos ofrecen dinero y eso no tiene precio, es algo muy gratificante y emocionante”.Para seguir paso a paso la historia de esta gran aventura por las rutas de América, se puede visitar la página KombiAndoporAmerica en la red social Facebook.





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