POSADAS. Las economías regionales de Argentina no atraviesan su mejor momento. Oficialistas y opositores reconocen los serios inconvenientes que presentan casi todas ellas, desde las frutas del sur, pasando por las naranjas de la Mesopotamia, la uva de Cuyo o bien el tabaco del NOA y del NEA.Hace un par de semanas, ministros del agro de diferentes provincias argentinas debatieron la problemática que más de un dolor de cabeza causa a los productores en sus respectivos territorios.El análisis global dio paso, por iniciativa de las entidades de los productores tabacaleros de Misiones, a un encuentro de ministros de provincias tabacaleras, que plantearon los inconvenientes de la hora, donde la producción de los últimos años superó la demanda y la calidad no es la esperada por los clientes internacionales.También la distribución de la “torta” del FET es un tema que no estuvo al margen. El tema no es menor: la distribución histórica se realiza atento a los kilos producidos en cada provincia. Hasta aquí, todo normal.Pero la realidad de este 2015 es que Misiones está muy por debajo de los volúmenes normales de producción, alcanzando apenas este año unos 25 millones de kilos, varios millones menos de las zafras “promedio”, que superan siempre los 30 millones, mientras que en el NOA, concretamente en Jujuy, se produce otro tabaco que es el virginia y allí la producción superó largamente la demanda, hecho que viene sucediendo desde hace un par de años. En consecuencia, el FET se distribuye a partir de un tabaco que no se comercializa, sino que permanece hasta hoy en los galpones de los acopiadores.La idea que plantean desde Misiones es que la “distribución” de los fondos sea equitativa y a partir de actitudes responsables, produciendo lo que el mercado puede absorber y evitando distorsiones internas. La discusión recién comienza y hay para rato: se “fumarán” varias reuniones más para llegar a un acuerdo. Más impuestosUna “yapa”: un diputado del sur del país presentó un proyecto de ley en el Congreso nacional para un nuevo impuesto al cigarrillo, destinado a financiar las actividades deportivas. Gobernadores, ministros y dirigentes de provincias tabacaleras se manifiestan en contra de la iniciativa: “Una vez más encuentran en el tabaco una herramienta fácil para financiar proyectos de ley. Los impuestos al tabaco tienen un límite, que en la Argentina ya lo superaron. A nivel mundial, en promedio, el 59% de cada paquete de cigarrillos corresponde a impuestos, mientras que en Argentina ese número se acerca al 70%”, advierten. En Misiones tambiénEn las últimas reuniones de precios y al mismo cierre de las negociaciones se observaron rostros de preocupación en la dirigencia tabacalera, tanto en los gremios como en la misma industria.La baja de producción, los problemas en los mercados y una segura reducción para la zafra 2015-2016 eran temas que en cuestión de días debían comenzar a discutirse.Promediando el acopio y conociendo estimaciones de la producción, comenzaron los encuentros entre las entidades y el propio Gobierno.La metodología a utilizar para bajar la producción, la calidad y un nuevo ordenamiento del sector son los temas centrales.Si bien resta mucho por discutir, la idea es no restar a los pequeños productores la posibilidad de hacer tabaco; en todo caso, reducir a quienes tienen grandes volúmenes, pero por sobre todas las cosas “sacar” del mercado a un buen numero de intermediarios que acopian tabaco y aparecen como grandes plantadores cuando, en algunos casos, no tienen ningún lote agrícola.El otro tema es la calidad, la semilla casera y las aplicaciones de insumos no permitidos. Los rigurosos y minuciosos controles de calidad que se realizan dejan al descubierto a muchos productores que, lejos de las recomendaciones de los técnicos, utilizan fungicidas no permitidos.Hoy los compradores, al detectar la presencia de estos agroquímicos, rechazan partidas completas de tabaco. No hay marcha atrás.Tanto es así que las empresas estudian la posibilidad de dejar fuera del circuito a los productores que vienen insistiendo en el uso de los insumos no permitidos, a pesar de los controles y las recomendaciones.Según se observa en las exposiciones de los dirigentes de APTM, Cámara del Tabaco y Actim, la idea de los gremios es apoyar a los buenos productores y tratar de convencer a aquellos que no hacen bien las cosas a cambiar de actitud, porque de lo contrario su participación en el sector corre peligro.Llama la atención incluso que quienes años atrás, cuando aun estaban fuera de las estructuras del sector tabacalero, incentivaban a no “obedecer” las recomendaciones de los técnicos de los acopiadores hoy, viendo la realidad, hasta anunciaron que -si hace falta- denunciarán a los especuladores.Estos son los problemas inmediatos, que no son pocos, pero hay más en la agenda tabacalera y que no se pueden considerar menores: productividad, conservación de suelos, tenencia de la tierra…Según el censo, hay 16 mil productores, aunque en realidad habría sólo doce mil unidades productivas. Una parte de la diferencia se debe en muchos casos por la división de la producción entre padres e hijos, pero también a que incluye a personas que viven en cascos urbanos, sin ninguna actividad agrícola más que contar con los medios necesarios para acopiar y aprovecharse del trabajo de muy pequeños productores.Las correcciones que se vienen, reiteran los dirigentes, es en definitiva evitar “producir tabaco para un mercado que no existe”.





Discussion about this post