ASUNCIÓN, Paraguay (AFP-NA). Una canchita de barrio, donde el pasto no crece porque los jugadores de 40 equipos la apisonan día tras día, albergará el domingo 12 de julio a unas 20 mil personas en el pobre caserío de Bañado Norte para ver al papa Francisco en Asunción.“Aquí no va a caber un alfiler, eso le advierto”, dijo a la agencia AFP Ñeca Aguero, subcoordinadora de la pequeña capilla San Juan Bautista.Este recinto de apenas seis metros de largo por tres de ancho y ubicado frente al campo de juego, recibirá al Papa el domingo 12 de julio en la última jornada de su visita a Paraguay y último día de la gira que también lo llevará desde el 5 a Ecuador y Bolivia.Una febril actividad preanuncia la visita del Pontífice, inimaginable para los modestos pobladores de uno de los barrios marginales de Asunción, azotado cada año por las inundaciones del río Paraguay.En 2014, el escenario deportivo se salvó a medias de la crecida del río que dejó a 5.000 familias fuera de sus precarios hogares. Al menos tres personas murieron ahogadas, un niño entre ellos, en el afán de salvar sus pertenencias de las aguas implacables.El río volvió a crecer este año y muchas familias se vieron obligadas a reubicarse en la altura hasta que pase el fenómeno.“Abuelo” de los milagros“Todo lo que nos está pasando parece un milagro”, dijo Asunción Giménez, una anciana de 78 años. A ella le anunciaron que su pequeña vivienda fue elegida para una breve visita del Papa.“Aunque estoy un poco enferma, estoy muy feliz. Hasta ahora no puedo creer que el Papa entre a mi casa”, expresó la mujer que, según relata, trabajó como empleada doméstica y también un tiempo en una fábrica.Su hijo, Rubén Ayala Giménez, de profesión albañil, refiere que por su vivienda no cesa el desfile de periodistas, religiosos, asistentes sociales y funcionarios del gobierno, en plenos preparativos.Mayra, su nieta de tres años, dice que vendrá a visitarla el “abuelo” y muestra en su mano un pequeño póster de cartón con la foto de Francisco pegado a la Virgen de Caacupé, la Patrona del Paraguay.En la casa de los Giménez no esperan más que bendiciones: “Sólo quiero que bendiga a mi familia y ore para darnos salud y trabajo para los más jóvenes”, dijo Asunción.Mbeyú y payaguá mascadaCarmen Sánchez, ama de casa de 40 años, es la segunda jefa de hogar que recibirá a Francisco. “Le voy a preparar sopa paraguaya, mbeyú y payaguá mascada”, dijo.Se trata de comidas típicas del Paraguay, que datan del tiempo de la colonia española y que habitualmente se consumen entre junio y julio por las celebraciones de San Juan.Doña Carmen se dirige en guaraní, la lengua nativa hablada por el 80% de los paraguayos.Interrogada si le hablará en guaraní, dijo que sí. “Yo creo que me va a entender porque dicen que en Buenos Aires visitaba mucho las villas de los paraguayos”, manifestó.Sin embargo finalmente admite no saber si podrá articular palabra alguna ante la presencia del Santo Padre.La mujer relata que su esposo padece de una grave enfermedad que ya le dejó sin habla. “Todos esperamos un milagro”, confesó.A la vez, Ñeca Aguero asegura que ya comenzaron a producirse los milagros desde que Francisco decidió venir a Bañado Norte.“Se están mejorando los accesos. Está bajando rápidamente el río. Los vecinos que estaban peleados se vuelven a hablar”, enumeró.Todo gira alrededor de la expectativa ante la visita. “Solo falta su presencia, que venga a traernos un mensaje de paz, de amor, de reconciliación, de esperanza. Necesitamos que nos deje su paz y su amor”, remarcó.El Sumo Pontífice ingresará al barrio por uno de los estrechos pasillos que comunican las viviendas entre sí antes de llegar hasta la pequeña capilla y dejar un mensaje para luego seguir camino hacia la gran misa en el campo de Ñu Guasú, donde se estima que le esperarán al menos 3.000.000 de personas de toda la región. Las elecciones lo alejanEl país natal del papa Francisco, Argentina, no está en el itinerario de su gira por Sudamérica de julio.El pontífice no regresó desde que se convirtió en papa hace más de dos años, y el Vaticano dice que no quiere influenciar la elección presidencial de octubre al visitarlo ahora. Francisco se quejó meses atrás de sentirse “usado” por los políticos argentinos que se toman fotos con él en Roma.En su lugar, el pontífice visitará Ecuador y dos países fronterizos de Argentina: Bolivia y Paraguay.Aunque se mantendrá lejos, Francisco sigue intensamente los acontecimientos del país donde nació y pasó la mayor parte de su vida, antes de convertirse en líder mundial de la Iglesia católica, de acuerdo con periodistas locales que llevan años cubriéndolo, amigos en el país y funcionarios del Vaticano.“Es un papa muy interesado en la política, de mucha muñeca política”, dijo Mariano de Vedia, editor político para el diario La Nación y autor del libro “En el nombre del papa”, una obra que examina las relaciones conflictivas de Francisco con la presidenta Cristina Fernández y con su predecesor y difunto esposo Néstor Kirchner.Mucho de lo que Francisco dice y hace tiene un impacto en Argentina, un país mayoritariamente católico de 41 millones de habitantes en donde la Iglesia ejerce gran influencia.Hace unos meses fue noticia cuando expresó que el creciente narcotráfico en Argentina podría llevar a una “mexicanización” del país. Muchos interpretaron esos comentarios como una crítica mordaz hacia Fernández y su partido, que mantiene el poder desde 2003. Cocaleros bolivianos le ofrecerán un pastel a base de harina de cocaUn pastel elaborado con harina de coca y un té a base de la hoja contra el mal de altura, serán ofrecidos por un sindicato cocalero al papa Francisco durante su visita a Bolivia en julio, informó una fuente del sector. “Estaremos entregando un pastel de coca, mate de coca, y algunos otros derivados de coca, para que consuma nuestro hermano papa”, anunció Leonardo Loza, vicepresidente del sindicato de cocaleros del Chapare (centro), a la agencia estatal de noticias.El principal dirigente de ese sindicato es el presidente boliviano, Evo Morales, quien desarrolla una amplia campaña internacional en favor de la milenaria planta consumida ancest
ralmente en Bolivia en mascado, infusión y rituales religiosos. Durante la cumbre del G-77+China, en junio de 2014 organizada por Bolivia, un grupo de colonos regaló una torta de cumpleaños de harina de coca al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aunque no hay certeza de que el diplomático la haya probado.La ONU readmitió en 2013 a Bolivia en su Convención de 1961 sobre drogas, con la inclusión de la reserva al masticado de las hojas de coca, un año después de que La Paz denunciara la convención que proscribía esa práctica ancestral.La hoja de coca es la materia prima para la fabricación de cocaína mediante un proceso químico. Sin embargo, Morales defiende que el mascado de coca regula la diabetes o la presión arterial alta, entre otros males.Bolivia cuenta, según datos de las Naciones Unidas, con 25.300 hectáreas de cultivos de coca, aunque una ley de la década del 80 autoriza hasta 12.000 hectáreas para usos legales.Bolivia es el tercer productor mundial de coca y cocaína, después de Perú y Colombia, según la ONU.




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