POSADAS. El caso hasta anoche desvelaba a la Policía: ¿ladrones sofisticados y profesionales o tal vez un caso de “ocasión que hace al ladrón”? Nada se descarta por parte de los investigadores. Se trata del robo en una caja fuerte de uno de los cajeros automáticos para operaciones de autoservicio del Banco Patagonia, ubicado en la calle Colón 1.786 , entre San Martín y Bolívar, frente a la plaza 9 de Julio. El botín fue de poco más de 9.000 pesos, de acuerdo al registro electrónico de los últimos depósitos, indicaron fuentes del caso. Los uniformados tomaron conocimiento del hecho cuando se activó la alarma, a las 6.25 de ayer. Acudieron a la escena prácticamente en el acto numerosos efectivos, pertenecientes a la comisaría jurisdiccional (la Primera), Patrulla Urbana, Comando Radioeléctrico, Video Vigilancia y Dirección de Investigaciones Complejas. Los policías presentes en gran número en el lugar no observaron nada extraño y solamente unos testigos refirieron haber visto minutos antes deambulando por la zona a dos jóvenes -uno de 16 años y otro de 20- a bordo de una motocicleta de 110 cc, un dato que por ahora los efectivos manejaban “con pinzas”, teniendo en cuenta la cantidad de vehículos que circuló por el sector céntrico en esa franja horaria. Al principio se creyó que el o los ladrones se llevaron una caja fuerte completa. No obstante, al comparar los cajeros, y ante la evidencia fotográfica, se pudo observar que de los tres cubículos o cajeros de autoservicio, dos aparecen con sus puertas de gabinete abiertas y que en una de ellas, precisamente la que está contra la pared hacia la derecha, se observa que la puerta del cofre también está abierta. En su interior existen cinco cartuchos con dinero. Debido a la altura del mes, no era una suma muy significativa para una entidad bancaria, ya que el o los delincuentes se alzaron con 9.000 pesos, según se supo preliminarmente.Triple nivel de dificultad El o los autores del hecho en primera instancia tuvieron que tener en su poder una llave maestra para poder acceder al gabinete de chapa o mueble del cajero. Una vez que lo abrieron, se activó la alarma. Luego, contando con poco tiempo hasta que llegara la policía, para poder abrir la caja fuerte en sí tuvieron que tener conocimiento de la clave tanto mecánica como digital -de seis números y con una posibilidad de casi un millón de combinaciones-. No se descarta un “hackeo” al sistema. Acto seguido, extrajeron los cartuchos donde se encuentran los sobres y el dinero en efectivo del cajero de autoservicio (sólo para transacciones y depósitos). Por algún motivo, abrieron el gabinete de un segundo cajero (en la imagen se encuentra en el medio), aunque no tocaron la caja fuerte, tal vez porque la alarma ya estaba activada y pensaron que el tiempo antes de la llegada de los uniformados ya se había agotado. Más de 24 horas después Si bien es cierto que los pesquisas no hallaron testigos directos del hecho o personas que hayan observado salir a sospechosos con varios elementos en su poder del sector de cajeros automáticos, la policía aún cuenta con una carta bajo la manga: las filmaciones de las cámaras de seguridad del banco. Aunque en ese sentido surgió un imprevisto. Fuentes del caso revelaron que recién hoy la Policía podrá tener acceso a las citadas filmaciones, en virtud de que el disco rígido de la computadora donde se almacenan las imágenes está en la provincia de Buenos Aires. Esta circunstancia les dio una ventaja de más de 24 horas a quienes robaron el dinero del cajero. Aunque los investigadores analizarán desde primera hora de hoy filmaciones de comercios y locales cercanos que cuentan con este sistema de videovigilancia. La teoría de la ocasiónUn vocero cercano a la investigación expresó que se manejaba la teoría de que el o los ladrones aprovecharon la ocasión, es decir, que encontraron la puerta del gabinete abierta o mal cerrada. Esta versión, si bien puede ser posible, ya que no se descarta que haya quedado a la vista que se podía acceder, encuentra una clara contradicción: ¿cómo es posible que se active una alarma si dicha puerta estaba mal cerrada? Además, se sabe que no hubo nada forzado y que al momento en que alguien utilizó una llave maestra para el gabinete fue cuando sonó la alarma. Luego marcaron los seis dígitos de seguridad y seguidamente la clave mecánica. Para los pesquisas se trató de mucha logística electrónica para alguien que simplemente “encontró el gabinete abierto”. También resulta demasiada logística para alguien que se alzó con 9.000 pesos. ¿O tal vez pensaron encontrar un botín mucho más importante? Por ahora, todo es materia de investigación y se espera que las filmaciones arrojen luz sobre posibles autores o alguna otra pista. Incautaron teléfonos Entretanto, fuentes de la causa confiaron que -por orden judicial- se incautaron los teléfonos celulares de dos empleados del banco, a efectos de investigación. Ambos, personal jerárquico de la firma damnificada, conocen las claves electrónicas de acceso a los cajeros.





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