POSADAS. Susana Dalmao (80) es la quinta generación de descendientes de Don José Gervasio Artigas, el máximo prócer de la República Oriental del Uruguay. Junto a su esposo, Elías D´Atri, y a una veintena de miembros de la Asociación Patriótica del Uruguay y del Rotary Club Capurro, de Montevideo, llegaron a Misiones para presenciar sobre la Plazoleta “De las Américas”, de Garupá, la entronización del busto del “Protector de los Pueblos Libres”, que se cumplió ayer por la mañana.Tras 18 horas de viaje en micro, Susana no tuvo ningún tipo de reparos en dialogar con PRIMERA EDICIÓN, y admitió que estar en un evento de estas características “me produce alegría pero también algo de tristeza, porque aquí, cuando Artigas pasó al Paraguay, quedó Melchora Cuenca con sus hijos Santiago y María. Santiago es de quien desciendo, el hijo del general y de Melchora Cuenca”.Explicó que Santiago se crió con el general José Rivera y se casó en Paysandú con Ana Vallejo. Tuvo dos hijas: María y Fidela. Esta última se casó, en Salto, con Donato Dalmao. “De allí viene mi apellido. Ellos tuvieron once vástagos, entre ellos, mi abuelo José Antonio. Él contrajo nupcias con Rosa González y nació mi padre, Enrique Dalmao, que se casó con Marta Freitas y nació esta hermosa criatura”, dijo entre risas.Susana recordó que ya estuvo en Misiones “inaugurando con los rotarios otro busto” de su antepasado y que de esa ocasión “tengo guardada la tela que tapaba al prócer”. Contó que “al viajar a este lado, me siento muy orgullosa porque este suelo pudo ser nuestro también, y en el fondo del corazón lo es. Me siento orgullosa también porque voy a homenajear a Andresito del que algunos dicen, murió en la Isla Das Cobras, y otros que vino hacia acá. Pero para nosotros, los descendientes de Artigas, el fue el hijo adoptivo de Don José”. Integrante de la Asociación patriótica del Uruguay, que en septiembre cumplirá cien años, rememoró que “tuve una vida en el campo. Nací y me crié en Paso del Parque del Daymán y en las noches largas de invierno en mi casa se reunían todos los hermanos de mi padre y hablaban de Don José, sobre el parentesco, escuchando todo sobre Artigas. Fue una vida muy linda”. Aunque lamentó que en su país “todo lo que Artigas quería, todo quedó en agua de borrajas. El quería un gran pueblo de hermanos. Tanto de aquí como de allí y de Paraguay. Siempre digo que cuando quiero ver un homenaje lindo tengo que venir a la Argentina, ir a Paraguay o a España, pero en mi país ya no se lo menciona”.Insistió que “soy la quinta generación. Mi padre fue su tataranieto, mi abuelo bisnieto. Él no llevaba el apellido Artigas porque la madre era hija de Santiago, Fidela Artigas de Dalmao. El apellido está en mi abuelo, pero en mi padre ya no, y en el mío, menos. Pero para mí, es un orgullo. Es lo más grande. En mi casa tengo su imagen por todos lados. Lo mismo que la de San Martín y la bandera argentina”.En 1991 cruzó el Río de la Plata y recaló en Buenos Aires para hacer la Primera Cruzada de Reivindicación de Artigas en la Argentina, organizado por el Colegio Profesional de Historiadores de nuestro país. E insistió que “para escuchar algo sano sobre Artigas hay que salir afuera”.Consultada sobre si hablaría en el acto, contestó que “tengo solo escuela rural, entonces cuando me preguntan si voy a hablar tengo que preparar muchos días antes. Aunque por el quinto centenario de España hablé sobre Artigas en Televisión Española”.Reverdecer los idealesEl vicepresidente de la Asociación Patriótica y presidente del Rotary Club Capurro, coronel Carlos Perdomo Díaz, sostuvo que por segunda vez -la primera fue en junio de 2010- se inaugura un busto de Artigas, quien tuvo “una destacada y proficua actividad en territorio misionero”.Agradeció el recibimiento del Rotary Club Posadas Villa Lanús en la persona de su presidente, Guillermo Moreyra, “con quienes tenemos contacto desde hace más de quince años y nos une una amistad muy grande”.Aseguró que la idea es destacar un poco en Artigas a todos los próceres latinoamericanos que como él vivieron y murieron en pos de un ideal que materializaron en la forma que pudieron en ese entonces. “Es obligación nuestra como orientales y como argentinos, reverdecer los ideales artiguistas, sanmartinianos, bolivarianos y de O’Higgins, entre otros. Siempre que tenemos oportunidad de resaltar la imagen de un héroe patrio lo hacemos con mucho gusto. Buscamos mantener vigente todo lo que nos brindaron y es nuestra obligación transmitir a las futuras generaciones para que sigan el rumbo que comenzaron ellos. Nosotros en la medida que podemos lo mantenemos vigente”.El busto, de 150 kilogramos, revestido en bronce, fue donado por la Asociación Patriótica del Uruguay y por el Rotary Club Capurro. Fue fabricado en el servicio de material y armamento del Ejército del Uruguay. Moreyra señaló que a través de Artigas se trata de revitalizar las instituciones, la democracia, la libertad, teniendo en cuenta que Artigas fue padre adoptivo del comandante Andrés Guacurarí, hoy general de la nación y héroe nacional por ley. Artigas junto a AndresitoAyer en Garupá, con la presencia de los principales impulsores del proyecto, es decir autoridades del Rotary Club Posadas Villa Lanús junto al Rotary Club Capurro de la ciudad de Montevideo y de la Asociación Patriótica de la República Oriental del Uruguay, se inauguró el busto de Gervasio Artigas. También estuvieron invitados especiales que llegaron desde Uruguay, alumnos, docentes, directivos de la Escuela 57, autoridades municipales y del orden provincial. El monumento de bronce, que pesa al menos 150 kilos, fue realizado en Montevideo. El proyecto Artigas se inició en el 2000, ese año se colocó una placa de bronce a orillas del Paraná, conmemorando los 150 años del cruce de este río por el prócer uruguayo y Latinoamericano para exiliarse en el Paraguay. Posteriormente, ambos clubes, en el 2010 erigieron un monumento en la Plazoleta Artigas de Candelaria. Ayer, nuevamente los mismos clubes, ahora con la participación de la Asociación Patriótica del Uruguay, repitieron el homenaje en la plazoleta de las Américas de Garupá, lugar elegido porque allí s
e emplaza el monumento al prócer misionero, el comandante Andrés Guacurarí.





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