A partir de 1919, Federico García Lorca se instaló en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a Juan Ramón Jiménez y a Antonio Machado y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como Buñuel o Dalí. Allí, Lorca se dedicó con pasión no sólo a la poesía, sino también a la música y el dibujo y se interesó por el teatro, pero su primera pieza teatral, El maleficio de la mariposa, fue un fracaso. En 1921 publicó Libro de poemas su primera obra en verso, con la que a pesar de acusar las influencias románticas y modernistas, consiguió llamar la atención. Sin embargo, el reconocimiento y el éxito literario de Federico García Lorca llegó con la publicación, en 1927, de Canciones , y sobre todo, con las aplaudidas y continuas representaciones en Madrid de Mariana Pineda, drama patriótico.Poema del cante jondo Entre 1921 y 1924, al mismo tiempo que trabajaba en Canciones, escribió una obra basada en el folklore andaluz, el Poema del cante jondo (publicado en 1931), libro ya más unitario y maduro, con el que experimenta por primera vez lo que será un rasgo característico de su poética: la identificación con lo popular y su posterior estilización culta, y que llevó a su plena madurez con el Romancero gitano (1928), que obtuvo un éxito inmediato. En él se funden lo popular y lo culto para cantar al pueblo perseguido de los gitanos, personajes marginales marcados por un trágico destino. Lorca consiguió un lenguaje personal, inconfundible, que reside en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación. Tras este éxito, Lorca viajó a Nueva York, entre 1929-1930. Las impresiones que la ciudad imprimió en su ánimo se plasmaron en Poeta en Nueva York, un canto angustiante, con ecos de denuncia social, contra la civilización urbana y mecanizada de hoy. Las formas tradicionales y populares de sus anteriores obras dejan paso en esta otra a visiones apocalípticas, hechas de imágenes ilógicas y oníricas, que entroncan con la corriente surrealista francesa, aunque siempre dentro de la poética personal de Lorca.La Barraca y el teatroDe nuevo en España, en 1932, fue nombrado director de La Barraca, compañía de teatro, así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, a excepción de dos libros de poesía: Diván del Tamarit, conjunto de poemas inspirados en la poesía arábigo andaluza y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1936), hermosa elegía dedicada a su amigo torero, donde combina el tono popular con imágenes de filiación surrealista. Yerma (1934) es una tragedia al modo clásico, incluido el coro de lavanderas, con su corifeo que dialoga comentando la acción. Parecido es el asunto en Bodas de Sangre (1933), donde un suceso real inspiró el drama de una novia que huye tras su boda con un antiguo novio (Leonardo). todo el orden establecido.Entre toda ellas se destaca La Casa de Bernarda Alba (1936), donde la pasión por la vida de la joven Adela, encerrada en su casa junto con sus hermanas a causa del luto de su padre y oprimida bajo el yugo de una madre tiránica, se rebelará sin temor a las últimas consecuencias. De esta manera, su pasión por la vida se estrellará contra el muro de incomprensión de su familia concluyendo todo con su eliminación. La casa de Bernarda Alba es considerada su obra maestra y fue también la última, ya que ese mismo año, al estallar la guerra civil, fue detenido por las fuerzas franquistas y fusilado 10 días más tarde, bajo acusaciones poco claras hacia su papel de poeta, librepensador y personaje susceptible de alterar el «orden social».Canción primaveralSalen los niños alegres De la escuela, Poniendo en el aire tibio Del abril, canciones tiernas. ¡Que alegría tiene el hondo Silencio de la calleja! Un silencio hecho pedazos por risas de plata nueva. Voy camino de la tarde Entre flores de la huerta, Dejando sobre el camino El agua de mi tristeza. En el monte solitario Un cementerio de aldea Parece un campo sembrado Con granos de calaveras. Y han florecido cipreses Como gigantes cabezas Que con órbitas vacías Y verdosas cabelleras Pensativos y dolientes El horizonte contemplan. ¡Abril divino, que vienes Cargado de sol y esencias Llena con nidos de oro Las floridas calaveras!Gacela de la terrible presencia Yo quiero que el agua se quede sin cauce. Yo quiero que el viento se quede sin valles. Quiero que la noche se quede sin ojos y mi corazón sin la flor del oro. Que los bueyes hablen con las grandes hojas y que la lombriz se muera de sombra. Que brillen los dientes de la calavera y los amarillos inunden la seda. Puedo ver el duelo de la noche herida luchando enroscada con el mediodía. Resisto un ocaso de verde veneno y los arcos rotos donde sufre el tiempo. Pero no me enseñes tu limpio desnudo como un negro cactus abierto en los juncos. Déjame en un ansia de oscuros planetas, ¡pero no me enseñes tu cintura fresca!La casada infielY que yo me la llevé al río creyendo que era mozuela, pero tenía marido. Fue la noche de Santiago y casi por compromiso. Se apagaron los faroles y se encendieron los grillos. En las últimas esquinas toqué sus pechos dormidos, y se me abrieron de pronto como ramos de jacintos. El almidón de su enagua me sonaba en el oído, como una pieza de seda rasgada por diez cuchillos. Sin luz de plata en sus copas los árboles han crecido, y un horizonte de perros ladra muy lejos del río. Pasadas las zarzamoras, los juncos y los espinos, bajo su mata de pelo hice un hoyo sobre el limo. Yo me quité la corbata. Ella se quitó el vestido. Yo el cinturón con revólver. Ella sus cuatro corpiños. Ni nardos ni caracolas tienen el cutis tan fino, ni los cristales con luna relumbran con ese brillo. Sus muslos se me escapaban como peces sorprendidos, la mitad llenos de lumbre, la mitad llenos de frío. Aquella noche corrí el mejor de l
os caminos, montado en potra de nácar sin bridas y sin estribos. No quiero decir, por hombre, las cosas que ella me dijo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido. Sucia de besos y arena yo me la llevé del río. Con el aire se batían las espadas de los lirios. Me porté como quien soy. Como un gitano legítimo. Le regalé un costurero grande de raso pajizo, y no quise enamorarme porque teniendo marido me dijo que era mozuela cuando la llevaba al río. Federico García Lorca Poeta y dramaturgo español. • Fuente Vaqueros, España, 1898 -• Víznar, España, 1936 Los primeros años de la infancia de Federico García Lorca transcurrieron en el ambiente rural de su pequeño pueblo granadino, para después ir a estudiar a un colegio de Almería.Continuó sus estudios superiores en la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho. En Granada hizo amistad con Manuel de Falla, quien ejerció gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folklore y lo popular. Miembro de la mítica Generación del 27, es el mayor referente de la literatura española del siglo XX.También escribió destacadas y variadas obras de teatro, género en el que también se lo considera autoridad e ícono del siglo pasado, destacándose Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Fue asesinado en Granada durante la Guerra Civil Española por su condición de republicano y homosexual. Entre sus poemas podemos encontrar Gacela de la Terrible presencia, La Casada infiel y Canción primaveral que publicamos en esta página





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