OBERÁ. Pasaron casi cinco meses desde aquel temporal que provocó el desborde del arroyo Mbotaby, y como consecuencia, la muerte de Raúl Parra (Ver: “Se arrojó al arroyo…”).Por allí circularon funcionarios que dejaron sus promesas. Y en el medio quedaron 300 familias que perdieron casi todo. Ellos aún esperan las obras de direccionamiento del curso de agua y ensanchamiento de los puentes para evitar otra posible inundación.PRIMERA EDICIÓN regresó a los barrios Kindgren y Villa Stemberg donde los vecinos señalaron que las construcciones tan esperadas no se concretaron. Y adelantaron que en circunstancias similares “no sabemos si lo vamos a resistir. Vivimos atemorizados, parece que nada conmueve a nuestros gobernantes, ni siquiera vienen a ver cómo estamos”, puntualizó una de las damnificadas.En reiteradas oportunidades los vecinos se manifestaron pidiendo las obras, “el puente es muy chico y el arroyo recibe toda el agua de la ciudad. Por eso, en caso de lluvia, teniendo en cuenta que se encuentra en una zona baja, enseguida crece y se desborda. Es un peligro constante” relató una vecina que vive a metros del arroyo. Los residentes pidieron la reparación de los puentes ubicados sobre el arroyo Mbotaby en calles Noruega y Polonia, los cuales necesitan ser reconstruidos. “Cuando nos manifestamos vinieron un día a trabajar, pusieron montículos de tierra a los costados del arroyo y nada más. Nunca más volvieron” reclamó otro vecino.Otro residente señaló que “la semana pasada nos invitaron a una reunión y les dijimos que estamos esperando esas obras que nos prometieron. Pero sólo nos dijeron que no tienen presupuesto, pero nosotros pagamos nuestros impuestos y hace años reclamamos que por favor nos presten atención”.Ni mercaderías, ni ropa Javier Paulus, tiene su vivienda sobre calle Tabay, a unos quince metros del arroyo. En las últimas inundaciones fue uno de los que encabezó las manifestaciones. “No queremos mercaderías, ni colchones, ni ropa, para eso nos ayudamos entre los vecinos. Queremos que vengan a hacer las obras que nos prometieron. Vamos a esperar respuestas. Tuvimos pérdidas materiales importantes, así como vienen nuestros gobernantes a buscar el voto, ahora que vengan a darnos respuesta” manifestó Paulus. Y agregó “si vuelve a pasar (otra inundación) no sé qué va a ser de nosotros, con lo poco que hicieron va a ser peor todavía, porque el agua no tiene por dónde salir. Vinieron un día a trabajar supuestamente, pero ahí quedó todo. Con cada lluvia sufrimos pensando en lo que puede pasar” alertó con gran preocupación. El arroyo con su cauce normal no aparenta ningún peligro, sin embargo a los márgenes quedan evidencias de lo que fuera el desborde registrado el 1 de enero pasado. Los puentes desgastados por las últimas inundaciones permanecen igual, a pesar de la promesa, nada se ha modificado.




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