POSADAS. Este lunes está dedicado a una protagonista: la esponja vegetal. Un fruto que antes era considerado “de pobres” y utilizado simplemente como está, al natural, quitándole la cáscara y las semillas. Con el correr de los años, este fruto pasó a ser uno de los elementos más requeridos en el área de limpieza de la piel, la cosmetología casera. Si frotamos la piel con una manopla de este material natural se quitan las células muertas del cuerpo y se logra lo que se llama peeling, dejando al descubierto una piel suave, libre de impurezas. María Belén Ávalos, teniendo en sus manos una esponja, decidió aprender qué otras cosas se podían crear y, buscando por Internet, investigando en páginas del Brasil y otras, fue aprendiendo a trabajar el fruto. La arquitecta María Beatriz Pérez es su coequiper, además de la mamá de tres mujeres. Todas trabajan en un emprendimiento, pues hasta la más pequeña de quince años suma sus aportes.Inicios de María & María“Belu” nos contó cómo comenzaron con el proyecto: “Teníamos una esponja en nuestras manos, entonces estuvimos viendo cómo trabajarla. Comenzamos a abrirla y mi mamá comenzó a mostrarnos las alternativas, pues no solamente se usa el producto en bruto sino que hay muchas alternativas. Después nos entusiasmamos porque justo nos enteramos de un crédito del Ministerio de Industria para jóvenes emprendedores y presenté todo, tuve que estudiar el proceso, hacer el análisis para el proyecto, la inversión y todo”. De esa manera comenzaba una nueva etapa en la familia. Salieron adjudicadas en 2012. Luego se capacitaron en la Universidad Nacional de Misiones, donde “nos enseñaban cómo hacer el análisis, qué teníamos que tener en cuenta para poder llevar adelante el emprendimiento”. Ferias y un comercioLa joven emprendedora reconoce que el arte de crear artículos con esponjas vegetales no es su única actividad, pues se prepara para convertirse en licenciada en Nutrición y ya está en tercer año. María Belén explica que “no porque seas profesional tenés que dedicarte solamente a eso, sino que siempre hay que tener una visión amplia de la vida y enfrentar los desafíos. A veces estoy en plenos parciales y en mis recreos ayudo a empaquetar y ayudar es una forma de colaborar”. Es que sabe que para los padres es un sacrificio pagar su facultad, así que todos trabajan a la par. Cuando deciden ir a las ferias de la costanera a través del programa “Posadas Produce”, tienen que preparar artículos entre los que figuran alfombras, limpia cutis, decenas de manoplas simples y compuestas, pues realizan algunas de esponja y jabón de glicerina; también las hacen en diferentes formas y motivos, siempre generando ideas nuevas. Ahora también sus productos pueden encontrarse en los supermercados California, aunque aclaran que “no es un ingreso mensual, sino que cada tanto te piden una producción y es ahí donde todos trabajamos, mis hermanas y mis padres, porque él también participa. Para llevar adelante el emprendimiento tuvieron que comprar una máquina industrial, prensa, selladora, pistola para colocar las etiquetas, guillotina, planchas de corte, anilina, hilos y telas, todo lo adquieren acá en Posadas. Incluso las esponjas provienen de la plantación de un colono del interior de la provincia. En este caso hay que tener en cuenta la época del fruto, porque “cuando nos decidimos a hacer no había y tuvimos que comprar esponja local, pero en Buenos Aires, y claro, la pagamos más cara”. Largarse y no temer“En casa todos trabajamos en este emprendimiento y también en el de mi hermana María Agustina de veinte años, que tiene artículos para mascotas y se llama “Dejando huellas”, mientras que la hermana más chica, de quince años, María José, se suma en la colaboración de todo porque hay mucho por hacer como cortar, preparar, empaquetar y también entregar. Papá Ávalos, licenciado en Enfermería, trabaja a la par, pues tanto él como su esposa dan el ejemplo de lo que enseñan a sus hijas: “No quedarse con una cosa, siempre emprender y no temer a los cambios”.





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