RIO GRANDE DO SUL, Brasil (Agencias y diarios digitales). La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, volvió a defender ayer las medidas de austeridad que presentó en el Congreso y que tienen como objetivo reducir el déficit fiscal. Así, en un evento agrícola en el estado de Rio Grande Do Sul, la mandataria sostuvo que si el ajuste fiscal es aprobado, Brasil va a salir de la crisis económica “en el corto plazo”. “Tenemos un país equilibrado en el corazón. Nuestro desequilibrio es momentáneo”, dijo. “No estamos proponiendo el ajuste porque nos gusta, sino que se hace para garantizar un crecimiento continuo”, añadió.Dilma admitió que el momento que vive el país es difícil, aunque aclaró que el Gobierno ha hecho todo lo posible para evitar que la crisis afectara a la población. “Hemos vivido un momento bastante tenso en Brasil. Tomamos medidas para reducir el costo de la energía en Brasil. Cuando el petróleo subió a 120 dólares, no lo aumentamos”, señaló.La Presidenta aseguró que con el ajuste fiscal, la intención es recuperar la economía. “Nuestro objetivo es tener 1,2% de superávit. Por eso, contamos con las medidas enviadas al Congreso”, dijo.Ante los problemas del gobierno de Rousseff, el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), dijo a la agencia de noticias France Presse que Brasil está viviendo “un conglomerado de crisis” de orden “económico, político y moral”. La primera, la más saliente, la que provoca conmoción en el país, es la económica”, que ha llevado a que el Gobierno pierda el control de las cuentas públicas y a la clase media a protestar en las calles, estimó.Cerca de 1,7 millones de personas se manifestaron contra la presidenta Dilma Rousseff en las calles de Brasil el domingo pasado, reclamando el fin de la corrupción que saqueó las arcas de la estatal Petrobras, así como un nuevo impulso al crecimiento y el combate a la inflación. Algunos incluso pidieron la destitución de Dilma.




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