CÓRDOBA (NA-DyN). Mientras el buen tiempo aliviaba la grave situación provocada por las lluvias de días pasados en distintos puntos de Córdoba, las masas de agua se desplazaban y complicaban otros puntos como Idiazábal, donde 700 habitantes abandonaron sus casas y otros 300, entre ellos el intendente local, se encontraban cercados por la inundación. La localidad situada en una zona baja, unos 232 kilómetros al sudeste de Córdoba capital, recibió todo el agua proveniente de los campos cercanos y quedó invadida por una inmensa masa hídrica. El jefe comunal de Idiazábal, Eliberto Favalli, dijo, en declaraciones a la radio Cadena 3, que la Municipalidad local permanecía “bajo el agua” y “se está amurallando el pueblo para tratar de evitar que entre el agua masivamente”.En las últimas horas, el ministro de Desarrollo Social de Córdoba, Daniel Passerini, estimó que en la provincia quedan “entre 1.500 y 1.600 evacuados”. La situación en la mayor parte de la provincia, donde varios evacuados regresaban a sus casas e iniciaban el duro camino de la reconstrucción de lo dañado por las aguas podría mejorar teniendo en cuenta que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé buen tiempo al menos hasta el domingo, aunque con un considerable aumento de la temperatura.Las lluvias torrenciales que padeció la provincia desde mediados de febrero generaron el desborde de ríos y arroyos causando desde entonces nueve muertos, además de millonarias pérdidas materiales.Santa FeLentamente baja el agua en las zonas anegadas después de que en una semana las lluvias acumularon más de 500 milímetros en el centro-oeste santafesino. El epicentro del desastre se ubica en la franja central, que integran los departamentos La Capital, Las Colonias y Castellanos, aunque persisten inconvenientes en parte de los departamentos San Martín (sudoeste), 9 de Julio y Vera, en el extremo norte. “Llovió en siete días la mitad de lo que llueve en todo un año. Por tal razón tenemos todos los campos anegados, ya que el agua busca los arroyos y los ríos”, sostuvo el gobernador, Antonio Bonfatti. En esta capital, una decena de barrios del extremo norte del municipio continuaban ayer totalmente anegados. Santiago del EsteroLa situación era muy distinta ayer en Santiago del Estero donde el número de evacuados se incrementó a más de 3.300 personas en las últimas horas, luego de que desbordara el río Dulce en la capital y la ciudad de La Banda, como consecuencia de las lluvias torrenciales de los últimos días.Defensa Civil de la Municipalidad capitalina informó que casi un centenar de habitantes de la ciudad se vieron obligados a dejar sus casas porque la incesante creciente del Dulce superó las defensas y el agua ingresó al barrio Reconquista.Una situación similar se produjo de madrugada en la ribera opuesta y afectó al barrio Prolongación, en la periferia de la ciudad de La Banda, y parajes cercanos, como La Bajada y Sauce Bajada.Personal de Defensa Civil, policías y gendarmes trasladaron hacia el Liceo y la Escuela de Policía a los evacuados de la capital, cuyo número no había sido precisado, mientras en la vecina ciudad se estaba acondicionando un lugar para alojarlos.El panorama ayer no era alentador para quienes viven a orilla del Dulce, el principal curso de agua de la provincia, porque se preveía un caudal importante de ingreso al embalse de Río Hondo desde los afluentes tucumanos, ya que se habían abierto las válvulas de los diques El Cadillal y Escaba, en la provincia vecina.Esto repercutirá en el caudal que deberá liberarse en el dique Frontal, que ya se encontraba en alrededor de 800 metros cúbicos por segundo, cuando la media del río Dulce es de 100 metros cúbicos.En tanto, fuentes oficiales informaron que hasta ayer eran 3.382 los evacuados, mayoritariamente residentes en el sudeste de la provincia.La ciudad de Los Juríes registraba el mayor número de afectados, seguida por Bandera. Una nueva situación de emergencia se produjo anoche por la rotura de una alcantarilla de la ruta provincial 13, en cercanías de esta última ciudad, cabecera del departamento Belgrano. Esto significaba que el flujo de agua llegaría en las próximas horas al sector urbano y agravaría la delicada situación.Por otra parte, un número indeterminado de pobladores de zonas rurales permanecían incomunicados y con agua en sus casas precarias por efecto de las torrenciales lluvias de las últimas semanas y por los desbordes de los ríos Utis y Dulce.





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