POSADAS. Sacar o renovar la Licencia Nacional de Conducir en esta ciudad es un trámite que demora varias horas, hecho que genera quejas de los usuarios y la urgente necesidad de rever la actual infraestructura para adecuarla a la demanda real e incorporar conceptos de atención al contribuyente que se aplican en todas las ciudades, pero que no se tienen en cuenta en este caso. Por esta carencia, los posadeños que requieren este servicio se sienten avasallados por el poco respeto por el tiempo y la paciencia ajenos. Es que el único Centro Emisor de los carnés en la capital provincial no da abasto para sostener el requerimiento de una ciudad con casi 400 mil habitantes y un parque automotor que supera los 130 mil vehículos, pero que tiene la misma infraestructura con la cual quedó inaugurado en 2009. El centro de la calle Barrufaldi tiene una capacidad máxima que le permite entregar unas 200 licencias diarias, siempre y cuando los contribuyentes se carguen de paciencia infinita y decidan destinar toda una mañana o una tarde para el trámite en cuestión. La espera también resulta engorrosa por las condiciones de mantenimiento del local, que cuenta con varias filas de sillas que en realidad no están completas: se rompieron y nadie las volvió a arreglar. La lentitud del trámite también incluye el proceso en sí, cuando el contribuyente tiene la suerte de que le llegue el turno después de esperar horas: desde que se inicia hasta que se termina, se puede tardar hasta 40 minutos, porque hay que pasar de un escritorio a otro en al menos cuatro oportunidades y hacer dos colas para pagar: una para obtener el certificado de antecedentes de tránsito y otra para abonar en caja el costo del carné propiamente dicho. La tercera cola es la que debe hacer el contribuyente para retirar el carné impreso, una vez completados todos los pasos anteriores. Un abuso de tiempo ajeno que ya no se debiera tolerar.




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