POSADAS. Una empresa de seguro escolar comenzó a ofrecer desde septiembre pasado una póliza para proteger a las escuelas en casos de acoso escolar (“bullying”) e incluso para denuncias por abuso sexual. Según sus creadores, fue en respuesta a pedidos de directivos de algunas escuelas para poder contar con un respaldo ante casos en que las familias realicen demandas civiles a la institución porque sus hijos sufrieron situaciones de violencia o acoso escolar. “La diferencia con la póliza obligatoria de responsabilidad civil que tienen que tener los colegios, es que ellos excluyen taxativamente el daño moral que es el espacio que viene a cubrir este seguro”, explicó Fernando Farall, director comercial de la empresa de servicios escolares Protección Médica Escolar (Prome), que vende habitualmente las coberturas médicas para escuelas.Dicha aseguradora tiene sede central en Buenos Aires y sucursales en Posadas, Córdoba, Bahía Blanca, Mendoza y Salta.¿Cómo funciona la póliza?Para que la póliza se active, los padres o el tutor del niño deben contar con una sentencia judicial firme que acredite el daño moral del niño, explicó Farall a La Nación. ¿Cómo ocurre? En caso de que un niño sea víctima de acoso escolar, bullying, o acoso sexual, las consecuencias son complejas porque hay un padecer de ese niño, que se cambia de escuela, debe ir al psicólogo, puede perder el año por dificultades de adaptación etcétera. La familia se sabe entonces perjudicada e inicia acciones legales contra la institución educativa. Si logra la sentencia judicial, la escuela deberá resarcirla y allí actúa el seguro. La póliza apunta principalmente a colegios del sector privado y cuesta en promedio de 1 a 4 pesos por chico. Según indicó Farall, las pólizas que ofrecen las brindan aseguradoras como Federación Patronal o Ace.Desde su creación hasta el momento, según los promotores de Prome que participaron recientemente en el Curso de Rectores del Consudec en Posadas, en las instituciones del país que lo han contratado no se ha activado la póliza.Buscar la vía pedagógica Desde el momento en que este seguro salió al mercado, especialistas en educación pusieron en cuestión su funcionamiento, ya que lo entienden como una forma de naturalizar la violencia y no valorar los espacios de diálogo de la propia escuela.Al respecto, Carina Kaplan, doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires, docente e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) manifestó que este seguro que propone “soluciones mágicas” son “estrategias de des-humanización, de despedagogización” y que “quienes trabajamos seriamente con las violencias en las escuelas tenemos otra mirada y otras propuestas”.La especialista de reconocimiento internacional, que en junio pasado brindó una conferencia en Posadas ante cientos de docentes, destaca la institución escolar como espacio de diálogo por excelencia, el cual debe ser preservado. Para ello, el abordaje debe alejarse de cualquier tipo de prejuicio y discriminación y de criminalización de la violencia, que en definitiva las categorías de “bullying” vienen a instalar, naturalizar y “solucionar” desde respuestas de índole policial. Por el contrario, Kaplan propone estrategias pedagógicas que impliquen diálogo y búsqueda de acuerdos entre docentes, directivos, padres y estudiantes.En una entrevista en el portal Espacio Iniciativa, afirmó que “la violencia juvenil, la violencia delictual, también es una construcción cultural” que hay que “deconstruir en perspectiva histórica. De la mano de esta mirada sobre los jóvenes como potenciales delincuentes vienen las tecnologías de seguridad, de control social”, indicó.La póliza se ubicaría entre uno de estos dispositivos de control, que en cierto modo lo que hace es naturalizar los casos de violencia y “proteger” a la escuela, deslindándola de la responsabilidad de desarrollar estrategias de mediación o diálogo que construyan y mejoren las relaciones.Buscar las causasConsultado al respecto, el antropólogo, docente de la Universidad Nacional de Misiones e integrante del equipo del Centro de Investigación Socioeducativa (Cise) de Misiones, Sergio Sánchez indicó que el seguro antibullying “es una respuesta pragmática que no se pregunta sobre las reales dimensiones de las situaciones de violencia, sus causas y modos de trabajarlo en el ámbito pedagógico y social”. Sánchez explicó que “en este último tiempo se ha visto la emergencia de nuevos sujetos de derechos y un mandato político de respeto de la diversidad. Esto complejizó las relaciones y las actitudes pedagógicas en la escuela”.En ese sentido, señaló que se ha generado una “judicialización de las relaciones”, ya que “el lenguaje y la gramática del derecho han penetrado en las relaciones sociales y vinculares más íntimas. Observemos si no las familias y las situaciones de divorcio o de violencia doméstica, de género, infantil”. No obstante, advierte que “cuando esto se banaliza y en los programas de televisión se amenazan con que ‘no me digas esto, sino te mando una carta documento’ o en la escuela un padre amenaza al profesor con hacerle juicio porque el hijo no aprueba, hay algo que no está funcionando en la relaciones sociales, en los vínculos, en las relaciones y en las instituciones. Algo que la Justicia, especialmente la de nuestro país, que es tan lenta y burocrática, no puede ni tiene por qué resolver”.Sin intención de minimizar las situaciones de violencia y discriminación que se generan en las escuelas, manifestó: “No creo que la solución pase por tomar un seguro contra el bullying y el abuso, porque con eso me cubro contra el riesgo de que alguien me haga un juicio y me perjudique económicamente”.“Se habla de establecer diálogos, pero a veces hace falta simplemente reconocer los escenarios e intereses personales y brindar la posibilidad de convivencias más libres y plenas donde se compartan intereses con miras hacia un crecimiento colectivo”, finalizó Sánchez.





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