PUERTO IGUAZÚ. La problemática de los ruidos molestos comenzó a tener eco en esta ciudad después de la discusión de vecinos que terminó en tragedia: luego de mucho tiempo, la muerte del empresario Raúl Garnica llevó a que el tema volviera a ser tratado por los concejales.La muerte del propietario de la Peña Folklórica Las Cañitas a manos de su propio vecino, con quien mantenía una “guerra” de dos años por el volumen de la música, tuvo como consecuencia el regreso al tratamiento de las normas que regulan la música en los locales comerciales y en la vía pública de la ciudad de las Cataratas.Concretamente, el Deliberativo local pidió informes al Ejecutivo sobre una denuncia de un vecino de Villa Alta hacia un local por ruidos molestos, pero resulta que este reclamo era de mucho tiempo atrás y los ediles habrían decido llevarlo al recinto para abrir el paraguas por otros reclamos que no estaban siendo escuchados.La denuncia que motivó el despacho de comisión del Concejo Deliberante apunta a un negocio de la calle Facundo Quiroga 163. Los ediles quieren saber acerca de la habilitación del lugar, si existen denuncias sobre ruidos molestos y qué medidas fueron adoptadas al respecto.“Es deber de este Concejo garantizar el cumplimiento de las normas sobre ruidos molestos a fin de garantizar el bienestar general de la comunidad”, argumenta el despacho de comisión que será tratado en la primera sesión ordinaria de 2015. Por otra parte, un reclamo más actualizado es el de varios empresarios sobre los ruidos molestos en la costanera “Eduardo Arrabal”, punto de encuentro de jóvenes para sacar parlantes de gran potencia y hacer un baile al aire libre.Cerca de la avenida Eduardo Arrabal está instalada una cadena de hoteles de cinco y cuatro estrellas, además de algunas cabañas de alojamiento turístico. De allí proceden los reclamos formales.Consultado el subsecretario de Gobierno local, Gustavo Rieb, adelantó que tienen la intención de elaborar un convenio con la Policía de Misiones para que realice controles en la costanera de Puerto Iguazú.Estas declaraciones fueron criticadas públicamente, ya que, al no contar con un Código de Nocturnidad propio, el Municipio debe regirse por el Código de Faltas de la Provincia. En él se establece la prohibición de consumir bebidas alcohólicas en la vía pública y pasada la medianoche. Es deber de la Policía provincial realizar ese control diariamente y justamente esa función es el argumento por el cual la turística localidad no sancionó el Código de Nocturnidad, ya que las autoridades municipales justificaban no contar con personal, mientras que la ley provincial debe ser aplicada por la Policía. Tragedia por la músicaIrma de Roballo es la esposa de Carlos, el hombre de 73 años detenido por el homicidio de Raúl Garnica. Contó que su marido se defendió de las amenazas del dueño de la peña, ya que vivían en una “guerra” constante desde hace más de dos años.Las discusiones comenzaron en 2012 por la música a alto volumen en la parrilla de la peña folklórica propiedad de Garnica. Es que el dormitorio del matrimonio, que reside en la avenida Victoria Aguirre casi Pindó desde hace 40 años, está en la misma medianera que el escenario de tablas donde se hacían espectáculos de voleadoras y zapateo en la peña Las Cañitas.Según Irma, el matrimonio tenía radicadas siete denuncias contravencionales, más tres penales, debido a los ruidos molestos y amenazas que les habría hecho Garnica. “Esto fue culpa de la inoperancia del Municipio y del Juzgado, porque no podíamos vivir así, era una pelea de hace mucho tiempo”, comentó la mujer y aseguró que “esa noche, él (Raúl) vino a amenazarnos con una cadena y mi marido se esquivó y le disparó, era él o nosotros”. Irma relató que a lo largo del tiempo que duró el conflicto, le sucedieron “muchas cosas” luego de cada denuncia presentada.





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