POSADAS. Un reciente informe del portal especializado NEA Rural reveló que durante 2014 se registraron algo más de 3.200 milímetros de lluvia en Misiones, récord que superó ampliamente la estadística de 1983 que alcanzó los 2.700 milímetros, muy por arriba del promedio histórico que ronda los 1.790 milímetros. Entre los efectos de semejante cantidad de agua caída, en muchos meses en forma ininterrumpida durante varios días, la lluvia no sólo interrumpió caminos y picadas, jornales, cosechas, zafras y faenas en el sector agropecuario. También llegó a destruir estanques con cientos de peces de cultivo en las zonas inundables del oriente misionero. En el caso de los productores de uvas, que cosechan entre noviembre y diciembre, el impacto fue inevitable. Según el Inta Regional Misiones, la provincia cuenta con no menos de 300 productores que suman un total de 100 hectáreas de uvas de distintas variedades. La distribución de los viñedos va desde la localidad de Andresito, al norte de la provincia, hasta Gobernador Virasoro, en el nordeste de Corrientes. Todos ellos administran viñedos como actividad secundaria y a pequeña escala, principalmente destinada para autoconsumo y venta de excedentes.En el informe de NEA Rural, se indica que sólo por el modo de producción, es posible distinguir distintos tipos de productores de uva, según las prácticas de manejo que aplican o no. En ese sentido Eric Stolar, del Inta Cerro Azul explicó que “por un lado tenemos aquellos productores que no pulverizaron sus parrales o lo hicieron en contadas ocasiones, sin seguir las pautas recomendadas de manera correcta. Ellos fueron los que sufrieron los peores daños. En el otro extremo, tenemos aquellos que aplicaron las medidas recomendadas y tuvieron pérdidas mínimas o nulas. En el medio, hubo de todo aunque un poco más complicado de lo habitual por el año lluvioso”.Los que no pulverizaron registraron la mayor caída de uvas por la abundante humedad. “La cosecha se vio perjudicada por las elevadas y frecuentes precipitaciones sufridas entre agosto y diciembre (de 2014), que complicaron el manejo fitosanitario en los parrales”, dijo el especialista.Experiencia productivaDaniel Kunigk cultiva sólo una hectárea en el municipio de Almafuerte. Cosechó en octubre de 2014 unos 1.200 kilos de uva “venus” y cerró la cosecha en noviembre con 7.200 kilos. Empezó su trabajo hace diez años con las primeras plantaciones en 2005 y, después de dos cosechas afectadas por granizo, desde 2012 consiguió un volumen de entre 7.200 y 8.200 kilos por año. “Vivo gracias a la producción de uvas y duraznos que vendo de forma directa en Oberá y alrededores. Como hago podas tempranas, tengo las cosechas antes que el resto, lo que me permite buenos precios y vender todo”, aseguró.En la zona de Leandro N. Alem se constituyó oficialmente la Cooperativa Agrícola e Industrial de Vinos de Misiones (Covimi) que nuclea a treinta productores que se iniciaron con el armado de las instalaciones de una hectárea cada uno. Según Horacio Lareiro, vicepresidente de la entidad, se requieren 170 mil pesos por productor para poder poner a punto un establecimiento a escala del agricultor familiar. A la espera de lograr ayuda financiera, en tres años proyectan producir mínimamente 10 mil kilos de uvas por hectárea y destinarlas a la producción de jugos.A pesar de que muchos productores vieron reducidos los kilos cosechados respecto a otros años, Stolar admitió que los precios promedio percibidos en chacra fueron muy buenos en la campaña, arrancando a fines de octubre a 40 pesos el kilo y cerrando luego de las fiestas, con variedades más tardías, a un promedio de 17 y 20 pesos por kilo. El precio compensa, en parte, la menor cantidad de kilos cosechados dado el impacto de las lluvias.




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