ATENAS, Grecia (AFP-NA). El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, presentó ayer la composición del Gobierno, en el que el economista Yannis Varoufakis, crítico acérrimo de la “deuda odiosa” y favorable al “fin de las medidas de austeridad”, será el encargado de las Finanzas.“La renegociación de la deuda casi ha comenzado, no nos queda más que remangarnos y empezar a trabajar”, dijo a la prensa Varoufakis, que el lunes por la noche se entrevistó con el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.Éste viajará el viernes a Atenas para reunirse con el primer ministro. Y previamente, el jueves, lo hará el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.Varoufakis, un corpulento profesor de economía de 53 años perteneciente desde hace poco tiempo al partido de izquierda radical Syriza, defiende una reducción de la deuda pública y “el fin de las medidas de austeridad”, causantes de “una crisis humanitaria”.El equipo encargado de negociar la deuda estará supervisado por el viceprimer ministro Yanis Dragasakis, un economista moderado y mando dirigente de Syriza.“Nuestras prioridades son la lucha contra la exclusión social y la crisis humanitaria”, recordó a la prensa Dragasakis, antes de jurar su cargo este martes por la tarde.Tsipras ha elaborado un gabinete de diez carteras por las 18 del Gobierno anterior. Cuatro de ellas serán una suerte de ‘superministerios’ donde se englobarán distintas funciones que estaban separadas en gobiernos anteriores. Su objetivo con ello parece ser ahorrar. No habrá ninguna mujer en el Ejecutivo, al menos como ministra.Otro peso pesado del Gobierno es el economista Yorgos Stathakis, profesor de la Universidad de Creta (sur), titular de un “superministerio” de Economía, Infraestructuras, Marina Mercante y Turismo.Lucha contra la exclusión En el frente interno, el Gobierno griego destinará 1.200 millones de euros a la lucha contra la “exclusión social” que sufren centenares de miles de griegos tras seis años de crisis económica y política de austeridad.El nuevo Gobierno ha prometido, asimismo, aumentar el salario mínimo de 580 a 751 euros, suprimir algunos impuestos y poner en marcha un plan de lucha “contra el clientelismo” y la “corrupción”.Esas medidas producen escalofríos en algunos países de Europa, particularmente en Alemania, guardián del rigor presupuestario.La canciller alemana, Angela Merkel, tardó 48 horas en enviar un mensaje de felicitación a Tsipras, una demora inusitada.Finalmente, le deseó este martes “mucha fuerza y éxito”.





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