SAN IGNACIO. Braian González (16) termina de estudiar y se prepara con ropa deportiva para ir al entrenamiento. Erna Ortiz, sale de sus casa al pie de la cruz de Santa Ana para tomar el colectivo que la traslade algunos kilómetros hasta San Ignacio. El punto de encuentro es la plaza del pueblo, los martes y jueves a las 19. Este espacio, que en días de lluvia se traslada al polideportivo, se convierte en un gimnasio de alto rendimiento donde hombres y mujeres, algunos muy jóvenes, apuestan a superarse cada día en las artes del boxeo. Y lo hacen con el acompañamiento de Fabián Ricardo Bogado, profesor posadeño que viaja especialmente.“Casi no tenemos elementos, apenas uno o dos pares de guantes (cuesta alrededor de 800 pesos el par) que duran muy poco porque los usamos entre todos, pero tenemos mucha voluntad de generar un espacio deportivo sano al que puedan acceder chicos de toda la zona”, destacó Erna a PRIMERA EDICIÓN. Es que cuando una pasión se hace carne, no hay como detenerla. Las clases son gratuitas, no obstante entre los que pueden, colaboran con los pasajes del profesor Bogado. A pulmónEste club de box solidario y a pulmón comenzó en agosto pasado. Ya para noviembre, dos de los participantes estaban listos para su primera pelea. Sus compañeros los ayudaron a juntar la plata y a comprar las vitaminas necesarias para lograr el nivel óptimo de preparación.El 15 de ese mes Rubén “Pantera” Ibarra (37), peso mediano y Braian “El Chino” González (16), peso pluma se medían con dos boxeadores de Campo Grande que ya tenían experiencia en el cuadrilátero (Claudio Aquino y Alan Miño, respectivamente). Ambos empataron. Y el veredicto sonó a victoria, porque certificaba a todo el grupo que estaban haciendo las cosas bien. Esfuerzo que entusiasmaErna se declaró admiradora de sus compañeros porque no les sobra nada en la casa y se comprometen a entrenar aún después de una larga jornada laboral.“En poquito tiempo se notaron grandes cambios en la alimentación, los hábitos de vida: las salidas de noche y el juntarse a tomar algo ya no son programas, porque los chicos entendieron que eso les resta para tener un buen rendimiento”, destacó. “Yo hago taekwondo y siempre quise practicar boxeo. Es un deporte de mucho respeto y compromiso, se formó un grupo muy lindo en que todos colaboramos como podemos”, dijo Erna quien donó el primer par de guantes del club, que como lo usan entre muchos, tienen un desgaste que hace que duren mucho menos de lo esperado. El gimnasio local MS Sport Gym colabora prestando las colchonetas y bolsas. A cuentagotas suelen recibir alguna colaboración con pares de guantes u otros elementos. Pero más allá de las ayudas ocasionales, estos boxeadores apasionados esperan que el proyecto pueda tener un respaldo más sólido desde las instituciones, para garantizar que el entrenador Bogado pueda seguir viajando desde Posadas a entrenarlos y de ese modo, cumplir el objetivo de este deporte: la inclusión social.





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