POSADAS. Pese a que la mayoría vivió su corta vida en hogares, los chicos que están bajo el cuidado de la Fundación Tupá Rendá (luego del cierre del hogar “El Refugio”) sorprendieron a los adultos a cargo cuando les dijeron que sueñan con ser adoptados y tener una familia. Según contó el responsable de los hogares de Tupá Rendá, Rogelio Peralta, “no esperábamos que quieran ser adoptados porque están institucionalizados desde hace muchos años. Cuando recibimos a los chicos nos encontramos que sus anteriores cuidadores no tenían registros sobre ellos, desconocían dónde estaban sus expedientes… incluso tenemos dos hermanitos cuya mamá un día (hace ya siete años) los dejó en El Refugio y nunca más regresó. Esos chicos no figuraban en ningún expediente judicial”.Sin embargo, la adopción de cinco hermanitos (el mayor tiene 12 años y el más pequeño 2) por parte de un matrimonio de la provincia de Buenos Aires llevó el tema de la posibilidad de ser adoptados a uno de los más hablados en los últimos días. Ahora los chicos “se mueren de ganas de ser adoptados, tener una mamá y un papá que los quieran”, confió Rogelio a PRIMERA EDICIÓN. Un gran cambio Las relaciones entre los niños y sus hábitos dieron un gran vuelco en los pocos meses que llevan en su nuevo hogar: “Cuando los recibimos, ellos se relacionaban con la ley del más fuerte. Eso cambió rotundamente, están mucho más calmados, son respetuosos entre ellos… saben que no necesitan guardarse comida para después. Me acuerdo de la primera cena que compartimos: empezaron a comer antes de bendecir la mesa y los más grandes sacaban las presas de pollo a los chiquitos, pero ellos cambiaron un montón. Para no hacerlos sentir mal en el Día de la Madre, organizamos un día de campo y choripanes en homenaje a los chicos. Cuando todos estaban en la mesa, me llamó la atención que nadie empezaba a comer y les pregunté qué pasaba; me respondieron que faltaba bendecir la mesa”, recordó. Matilde es una de las pequeñas que más cambios experimentó. “Cuando llegó casi no hablaba y, pese a que iba a tercer grado de una escuela común, no sabía leer ni escribir. Pero desde que empezó a estudiar en una escuela especial, Matilde avanzó muchísimo y, pese a que es tímida, ya no tiene problemas de comunicación. Cuando hablamos a los chicos de que un matrimonio iba a adoptar a los cinco hermanos, les preguntamos si querían decir algo y la primera que levantó la mano fue Matilde. Nos dijo que ella también quería una nueva mamá, pero rogaba que no le pegara tanto como su mamá biológica. Nos quedamos mudos”. Adopción “exprés”El primer contacto del matrimonio con los cinco hermanos fue el 5 de diciembre. Los chicos quedaron encantados con esta pareja que vive en Buenos Aires, un abogado y una médica pediatra. “Un día, en el marco del proceso de vinculación, el matrimonio los llevó a los cinco y estaba previsto que pasaran la noche juntos. Cuando llegó la noche, los chicos le pidieron para volver el hogar… entonces la pareja les preguntó porqué y ellos le explicaron ¡que se habían olvidado los cepillos de dientes! Este hábito lo incorporaron con nosotros… y claro que todo se solucionó comprando unos cepillos”, contó Rogelio Peralta. El oficio judicial autorizando la guarda con fines de adopción llegó este viernes 12 y, por la tarde, los hermanos se despidieron del hogar y de los otros chicos con los que compartieron estos años, para mudarse a Buenos Aires con su familia adoptiva. Allá, sus nuevos primos y tíos los esperaron con una fiesta de bienvenida. “El matrimonio nos escribe a diario y nos manda fotos de los chicos. El más grande de los hermanos, que tiene 12 años, llamó por teléfono al hogar para contarnos que están muy bien y que están por empezar una colonia de vacaciones”, contó Rogelio. No obstante a que los chicos que quedaron en el hogar están felices de que sus amigos hayan encontrado una familia adoptiva, Rogelio Peralta confió que los extrañan porque el proceso de vinculación y el oficio judicial autorizando la guarda con fines de adopción fueron muy rápidos. Para dar graciasLa presidenta y la secretaria de la Fundación Tupá Rendá, Eusebia Valdéz y Cecilia Fernández Díaz, respectivamente, invitaron a la comunidad a participar de la misa de acción de gracias que tendrá lugar hoy a las 19 en la capilla Stella Maris, en la Costanera de Posadas. Estarán presentes el impulsor de esta gran obra, el padre Alberto Barros, además los voluntarios y benefactores de esta fundación que tiene hogares de niños, de ancianos, una guardería y que planea inaugurar a corto plazo un hogar para niños con discapacidades. Según contó a PRIMERA EDICIÓN el encargado de los hogares, Rogelio Peralta, los niños están preparando un pesebre viviente para festejar la Navidad.





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