POSADAS. Mujeres golpeadas en todo su cuerpo, incluso estando embarazadas. En muchos casos han quedado aisladas de su familia y amigos porque su pareja les ha ido prohibiendo todo tipo de contacto, llegando incluso a romperles el teléfono celular, anulando al extremo toda posibilidad de pedir ayuda ante una golpiza. Algunas han intentado radicar la denuncia en la comisaría de su barrio, pero sin lograr que ello llegue a una expulsión de hogar o restricción de acercamiento por parte del golpeador.Ese es el perfil de algunas de las mujeres que acuden, casi como si fuera su última chance, a las oficinas de la Línea 137 de las calles Córdoba y Félix de Azara de Posadas. Viven circustancias similares a las que atravesó durante años Nancy Chamula (38), la obereña que también denunció pero faltaron mecanismos que la pusieran realmente a salvo de su exmarido, detenido luego de que ella publicara imágenes de golpes que le propinó. Ante el equipo de trabajadores sociales y psicólogos de la Línea 137, estas mujeres cuentan en detalle lo que viven y desde este espacio buscan ponerlas a salvo. “Cada semana recibimos tres o cuatro mujeres que se presentan de manera espontánea en las oficinas. Llegan desesperadas, algunas aprovechan que salieron al centro a hacer algún trámite y vienen a pedir ayuda. Desde ese momento se activan mecanismos para ponerlas a salvo”, contó a PRIMERA EDICIÓN Carolina Caspari, coordinadora operativa de la Línea 137 “Las víctimas contra las violencias”. Entre esas acciones está buscar un lugar donde la mujer pueda ir a quedarse, ya que no debe volver a su casa. “Se busca contactar a familiares o allegados, aunque en algunos casos han quedado tan aisladas de su familia que se debe recurrir a un hogar. También se busca a los niños, se los retira de la escuela para reunirlos con su madre. Y se acompaña a la madre a hacer la denuncia”, agregó.En trece meses de inaugurada esta línea, los 28 profesionales que allí trabajan han recibido más de 9.500 llamadas y realizado poco más de 951 intervenciones en Posadas y en Garupá. “Lo que destacamos es el trabajo en redes institucionales. Esto nos ha permitido lograr en una mañana o en 24 horas una orden de expulsión del hogar al golpeador”, ejemplificó Caspari.Si bien la Línea 137 se preparó para poder operar en Posadas y Garupá, es muy común que reciban llamados de distintos puntos de Misiones. “Nos llaman del interior, la misma mujer o sus familiares, que dicen que se enteraron de la línea y piden ayuda”, señaló Caspari. En esos casos, explicó la responsable, “se les toma la mayor cantidad de datos y hacemos un informe que luego se eleva a la Secretaría de Acceso a la Justicia -encabezada por Fabián Oudín-, que tiene potestad a nivel provincial para canalizar soluciones en el entorno local”.





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